domingo, 29 de junio de 2008
La sirenuca.
Dice la leyenda que en la localidad de Castro Urdiales, en la costa oriental de Cantabria, vivía una mozuca muy bella que, a pesar de la prohibición de su madre, tenía por costumbre ir a mariscar a los acantilados más peligrosos. Mientras mariscaba, gustaba de cantar al compás de las olas.
En un momento de enfado y arrebato, su madre la maldijo: "Ojalá que el Dios del cielo te vuelva pez".
La bella castrense se convirtió en una mujer con larga y brillante cola de pez.
Se dice que, aún hoy, deja oir su canto a los navegantes perdidos en la bruma para advertirles de que se están acercando a los acantilados.
Fotografía: Mascarón de proa de la "Marigalante".
Diario Montañés.
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1 comentario:
Qué sencilla, qué bonita y qué triste.
¿No dice la leyenda que la madre no volvió a pronunciar una palabra y que murió de pena al darse cuenta de la vida de soledad a la que había condenado a su hija?
Un abrazo, Anjanuca.
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