viernes, 30 de abril de 2010

Clandestinos.

"El miso sistema de poder que fabrica la pobreza es el que declara la guerra sin cuartel a los desesperados que genera"

(Eduardo Galeano - "Patas arriba. La escuela del mundo al revés")

lunes, 26 de abril de 2010

La alimentación es importante.

Personalmente creo que lo mejor del Diario de Mallorca son las viñetas de Santy Gutiérrez. El conjunto de dibujo y texto es de lo más ingenioso y expresivo. Me encantan, es lo primero que busco cuando abro el periódico.

Evo Morales declaraciones

domingo, 25 de abril de 2010

El peligro de los cuentos.

Para quienes tenemos el sentido del humor bastante desarrollado, el Ministerio de Igualdad es una gran fuente de carcajadas. Lo último que me ha provocado un calambre de la risa han sido las declaraciones de la ministra sobre el mensaje sexista de los clásicos de la literatura infantil. "La cenicienta", "Blancanieves" o "La bella durmiente", por poner un ejemplo, son un auténtico peligro para nuestros niños.

Ayer, alguien que me conoce bien, me ha enviado un artículo de Elvira Lindo, publicado en la sección de opinión del diario El País el 18 de abril, que no tiene desperdicio. El artículo viene a cuento de dichas declaraciones. Mientras leía el artículo, he llegado a pensar que la escritora me conoce de algo porque ha descrito mi infancia al dedillo. Bueno, menos en lo de las costras en las rodillas, que yo, lo confieso, no fui jamás una niña "trasto" más bien fui tranquilita.

Os dejo el artículo de Elvira Lindo a ver si alguien se reconoce. A ver, tened en cuenta que la escritora fue niña, así que los chicos cambiad palabras como "muñecas" y "comiditas" por "camión" y "placa del sheriff" , ya me entendéis.

Blancanieves

MI VIDA, EN DOS PATADAS – Elvira Lindo.

Yo era esa niña que jugaba con muñecas. Esa niña que, en la época remota en que los niños podíamos salir solos a los parques, se bajaba a la plaza paseando a su bebé de plástico en su cochecito de plástico. Yo era esa niña que preparaba comiditas con tierra, la niña que hablaba a su muñeco, le bañaba, le cortaba el pelo y le pedía a sus tías que le hicieran jerséis para el invierno. Yo era la niña que cuando veía a su madre arreglarse le pedía que le pintara los labios, que le pusiera un poquito de perfume detrás de las orejas y que le robaba los zapatos de tacón para disfrutar del sonido maravilloso de los tacones. Esa delicadeza estética y maternal no era cortapisa, queridos amigos, para que fuera la más burra entre las niñas que en el mundo ha habido jugando al churro-mediamanga-mangaentera, un juego tan bestia como el fútbol americano pero sin casco. Yo era esa niña que, con dos costras permanentes en las rodillas, llegaba a casa derrotada de los juegos callejeros, pero como si tuviera una conciencia temprana de que la época del juego se esfuma, no perdía el tiempo: sentaba a mis cinco muñecos en filas como si estuvieran en la escuela y les daba clase. A una de las muñecas le ponía el nombre de una chula de mi colegio y la tenía castigada todo el tiempo contra la pared. Qué placer sentía yo, tan dulce en la vida real, al vengarme de quien tanto me hacía sufrir a mí con sus burlas. Yo era esa niña que leía mucho. Aunque antes de saber leer ya sabía lo que era la literatura gracias a mis tías, que me contaron muchos cuentos. Los clásicos, Garbancito, El enano saltarín, Caperucita o Cenicienta. Aprender a leer fue para mí descubrir el mecanismo por el cual uno escucha un cuento cuantas veces quiera. A los doce años ya tenía pretensiones de adulta y empecé a leer las novelas de mayores. Me interesaban, sobre todo, los argumentos en los que se entrelazaran azarosamente las vidas humanas y, por supuesto, aquellos en los que al final venciera el amor. Cuidado, esto que algunos pudieran considerar cursi no estaba reñido con que empezara a encontrar abusivo eso de que fuéramos siempre las chicas las que limpiáramos la cocina. Como niña inteligente que era, sabía muy bien distinguir entre el mundo de la ficción y el mundo real, y el hecho de que en muchas novelas las heroínas buscaran la felicidad a través del casamiento no había convertido eso en el objetivo de mi vida. En mi adolescencia me hice joven revolucionaria y me propuse leer algunos ensayos de pedagogía, sexualidad, psicología. Como resultado de estas lecturas llegué a la conclusión de que había sido una niña antigua y masacrada por la cultura reaccionaria. Una niña de vergüenza ajena. Según el retrato robot de estos estremecedores ensayos, la niña inteligente era la que optaba por los juegos de acción, prefería jugar con automóviles en vez de con muñecas, no quería ser princesa y se masturbaba desde que tenía uso de razón porque de lo inteligente que era antes de saber dónde estaba Leningrado esa niña ya se tenía localizado el clítoris. Yo hubiera seguido jugando con muñecas hasta tener un niño real entre mis brazos, pero ni por asomo deseaba ser una joven carca. Por fortuna, fui madre jovencísima y, aunque era la época en que se decía que el instinto maternal era una construcción cultural impuesta, yo vivía en secreto mi instinto, mi brutal instinto, era como la loba con su cachorro. Cuando llegó el momento de leerle a la criatura cuentos yo ya me estaba librando, por fortuna, de esa idea de que todo juego y todo cuento han de ser pedagógicos y cumplir estrictas reglas morales. Al niño le gustaban monstruos espantosos, pero la mejor manera de tenerlo encandilado era contarle un cuento clásico. Dada mi experiencia como madre primero y como escritora de cuentos después, me gustaría, en algún momento, ser escuchada por quienes creen que para cambiar la realidad tienen que emplear las tijeras de podar en la literatura infantil. ¿Por qué hay que tener menos respeto a la Cenicienta que a las novelas de Jane Austen, que al fin y al cabo tratan de lo mismo, de mujeres que luchan por salir de una vida miserable gracias al amor y al matrimonio? Los que hayan leído la Cenicienta a un niño se darán cuenta de que el crío no se pone de lado del príncipe por el hecho de ser un varón; el niño, como cualquier lector, se identifica con la protagonista, con la Cenicienta. Igual que las niñas se identifican con el superhéroe. Los niños van siempre con el protagonista, sea del género que sea. Por Dios. Es de cajón. Los cuentos clásicos están hechos de acero, han soportado el paso del tiempo, adiestran al niño en las emociones puras: el amor, el abandono, la pena, el ansia de superación y el triunfo del inteligente contra el bruto. ¿Qué tendrá que ver eso con la violencia de género o la perpetuación de los roles? Siendo autora de cuentos he sufrido muchas veces la falta de respeto que se le tiene a la literatura infantil, pero ya esto de querer meter cuchara en los cuentos clásicos me parece, sobre todo, trasnochado. Añadiría algo más: tengan un poco más de respeto por los juegos de niñas. Que jugar a casitas, a mamás o leer historias de amor no nos hace ni tontas, ni putas, ni sumisas. ¡Sumisa yo!

Al pan, pan….

sábado, 24 de abril de 2010

Ayer y hoy…

Por motivos de horarios laborales, ayer no pude darme una vuelta por Palma para disfrutar de S. Jordi, o del día del libro si lo prefieren. Pero por la tarde un amigo me invitó a tomar un café (que luego resultó ser un gin-tonic) y me regaló dos libros y una rosa. ¡Qué ilusión me hizo! Siempre soy yo quien me auto-regalo el libro.

Al llegar a casa, abro mi correo y veo que tengo un mensaje de Nati de Grado: “Mañana 24 de abril, cuentacuentos en la Librería Agora.”

Así que esta mañana a las once y media estaba ya a la puerta de la Librería Agora donde Ramona Pérez, la que sin duda será mi nueva librera, me ha dado una cálida bienvenida que ha acompañado de una enorme sonrisa.

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En lo que esperábamos a Nati y a la pianista cántabra Sandra Umbría, me he dado una vueltecita por la librería y ha pasado lo inevitable:

- Cuentos de Mario Benedetti.

- Cuentos de Emilia Pardo Bazán.

- Poesía completa de José Martí.

Menos mal que Nati y Sandra han llegado puntuales y no he tenido más remedio que parar.

P4240118 Nati ha comenzado contándonos la leyenda de San Jorge y el dragón para que entendiésemos por qué el día de San Jordi se regalan rosas. Después, mi cuentacuentos favorita, ha rendido un homenaje a Frédéric Chopin con motivo del 200 aniversario de su nacimiento y, como ya hizo antes con Mozart, nos ha contado la vida del compositor… en verso. Al piano, Sandra interpretando algunas de las piezas más significativas del polaco.

El público, de todas las edades pero con mayoría infantil, fantástico y algo inquieto. Aún así se han portado como campeones. Qué gusto me dan esos padres que tienen tiempo para compartir con sus hijos y que se implican con ellos en este tipo de actividades. Y qué placer verles después con sus hijos entre las estanterías de la librería buscando cuentos y libros y dejándose aconsejar por Nati y Ramona sobre las lecturas más apropiadas para cada edad.

P4240115 Gracias, Ramona, por una mañana fantástica y sobre todo por tu compromiso con la cultura y su difusión. Todos sabemos que corren tiempos complicados por eso es muy grato saber que en una calle de Palma hay una librera que hace un gran esfuerzo por mantener un club de lectura y por programar con asiduidad actividades culturales tanto para adultos como para niños. Hoy me has conquistado y te adopto oficialmente como mi librera.

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Mientras esperaba a Nati para regresar a casa, ha caído otro (cuánto tarda esta mujer en recoger sus apachuscos):

- “Nadie acabará con los libros” de Umberto Eco y Jean-Claude Carrière.

Tengo que hablar seriamente con la cuentista. Si nos cuenta las historias en una librería dejo de ir a escucharla porque esto, si no, va a ser una ruina.

viernes, 23 de abril de 2010

ABC – Wislawa Szymborska.

Libro y rosa

Ya nunca sabré

qué pensaba de mi la A.

Si B llegó a perdonarme de verdad.

Por qué C aparentaba que no pasaba nada.

Qué papel jugó D en el silencio de E.

Qué esperaba F, si es que esperaba.

Qué aparentaba G, a pesar de estar segura.

Qué quería ocultar H.

Qué quería añadir I.

Si el hecho de que yo estuviera a su lado

tuvo alguna importancia

para J, para K y para el resto del alfabeto.

 

Feliz día del libro a todos y un besuco para todos los Jordis y Jorges, y uno muy grande y especial para nuestro Jorge favorito de "parapeques".

jueves, 15 de abril de 2010

Por la boca muere el pez…

Nuestra vecina Cantares nos acusaba hace unos días de provocar terremotos. No sé, pero yo tengo mis dudas de que toda la culpa sea nuestra. :)

Y vosotros ¿De quién creéis que es la culpa?

Si tenía razón mi abuela cuando decía que "la culpa es una señora soltera porque no la quiere nadie." Risas

martes, 13 de abril de 2010

Adiós Juanma.

Juan_Manuel_Gozalo

Se ha ido un buen amigo, Juan Manuel Gozalo, Juanma.  Le han incinerado en su tierruca del alma y le han acompañado sus paisanucos a los que tanto quería y que tanto le querían. Cómo me duele no estar tan lejos y no poder despedirme de él.

Tuve la fortuna de conocerle hace muchos años siendo yo recepcionista de un hotel donde Juanma pasaba las vacaciones con sus hijas. Surgió una buena amistad que me permitió disfrutar de buenos momentos de tertulia con él. Gozalo era un hombre inteligente, culto, con un gran sentido del humor, rápido en las respuestas, pragmático, sensato, amante de la lectura y del teatro. Un hombre enamorado de su profesión (decía que llevaba la radio en la barriga) y de sus hijas.

Mi llegada a Palma de Mallorca fue gracias a él. Me dijo que una profesional como yo merecía algo más y movió sus contactos para ayudarme a encontrar un trabajo mejor. Me dio buenos consejos, confió en mí y me animó a luchar.

Guardo con cariño su libro "Españoles de oro" (1999) que escribió junto a Fernando Olmeda y que me envió dedicado nada más publicarse.

Por mucho que se empeñe la muerte nunca podrá llevárselo del todo, porque Juanma siempre tendrá un lugar importante en mi corazón.

Desde esta casa un cariñoso abrazo a sus hijas, Adela y Carolina, y el deseo de que el ejemplo de su padre nunca las abandone.

Adiós Juanma, voy a echar de menos conversar contigo aunque sea por teléfono como hacíamos desde hace tiempo porque la distancia no nos permitía hacerlo cara a cara.

lunes, 12 de abril de 2010

Si es que no me habéis dejado!!!!!!

Es oro la amistad
Que no se compra ni vende
Solo se da
Cuando en el pecho se siente
No es algo que se ha de usar
Cuando te sirva y nada más.

(Pablo Raúl Trullenque)


Como muchos de vosotros sabéis, allá por enero de 2009 haciendo surf en la cocina de mi madre me rompí la muñeca y, gracias a una operación, me convertí en la mujer biónica (ahora además de huesos tengo una placa, doce tornillos y una aguja de titanio). Estando de baja me llegó una notificación de despido y pasé a formar parte de las estadísticas. Sumando el tiempo de baja por practicar deportes de alto riesgo y el de desempleo ya va para 15 meses.

Durante este tiempo ha habido quien me ha preguntado cómo hago para no perder el buen humor y la sonrisa. La respuesta es sencilla. No he perdido la sonrisa porque no me habéis dejado puñeteros. Porque me arropasteis desde el primer momento haciéndome una visita, llamándome por teléfono, enviándome correos llenos de humor y buenos deseos (muchos de esos correos son de gente a la que no conozco personalmente, sólo a través de esta casa y de un foro de lectura al que pertenezco hace años). Ha habido quien me ha ofrecido su casa para que me ahorrase el pago del alquiler, otros me han invitado a comer con su familia para que no estuviese sola, muchas personas me han regalado y prestado libros para que no tuviese que comprarlos (tengo lectura pendiente para el resto del año), habéis reservado muchos momentos de vuestras ocupadas vidas para sacarme a tomar un café o dar un paseo, me habéis pedido mi CV y me habéis ayudado a buscar trabajo, me habéis ocultado vuestros problemas para que no me preocupase, me habéis abrazado y besado… En definitiva me habéis dado lo mejor que tenéis que sois vosotros. Entonces, ¿cómo demonios pretendéis que pierda la alegría? Sólo en momentos muy concretos he llorado pero ha sido de emoción y orgullo, porque cada vez que pienso en los amigos y la familia que tengo me siento honrada.

Así que, como sé que lo habéis hecho de puro corazón y que habéis estado ahí, a pie de cañón, hoy es justo daros una buena noticia.

Sabed que, desde hoy, ya no formo parte de las estadísticas. Y que, además, el trabajo que tengo es en mi profesión y está muy bien pagado, y que desde hoy formo parte de una empresa joven y dinámica y que mis nuevos compañeros me han recibido con una bienvenida cálida como no recuerdo haber tenido nunca.

Hoy quiero compartir con vosotros mi alegría, porque os lo merecéis.

Y para celebrarlo, como no, os dedico esta bonita chacarera,
“Entre en mi pago sin golpear”, letra del Pablo Raúl Trullenque y música de Carlos Carbajal.


viernes, 9 de abril de 2010

Consejo de jardinería.

Camelia2

Foto: Camelia en flor. Saqué la foto a principios de la primavera pasada en un jardín de mi tierruca.

jueves, 1 de abril de 2010

Asignaturas pendientes.

El próximo 30 de octubre se cumplirán cien años del nacimiento del poeta Miguel Hernández, por eso, son muchos los homenajes y actos que, por parte de numerosas entidades públicas en general y “personas de a pie” en particular, recordarán a uno de los escritores más insignes de España.

Uno de esos homenajes fue la entrada que nuestra amiga Balovega le dedicó ayer, recordándonos un poco los detalles más significativos de su biografía. En el comentario que hice a la entrada de Balovega le decía que Miguel Hernández es una de mis asignaturas pendientes.

Pues si, ya ven. Yo, Anjanuca, que leo hasta los prospectos de las medicinas y la propaganda electoral, tengo pendiente a Miguel Hernández. Y al “Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” al que he dado infinitas oportunidades pero siempre me puede y a Federico García Lorca poeta (como autor de teatro me encanta) ¡Por Dios bendito! Cuántos dolores de cabeza me provocó el maldito “Poeta en Nueva York”.

Y la culpa de esto la tuvo cierta profesora que tuve y de la que no voy a dar ni nombre de pila ni curso en la que me tocó sufrirla no vaya a ser que alguno la conozca y se chive. Recuerdo, como si fuese hoy, aquellas clases pedantes, aburridas, eternas y faltas de todo sentimiento literario y referencia histórica. Por qué esta mujer no se dedicó a las matemáticas o a la carpintería, es algo que sigo preguntándome después de tantos años.

Y les juro que sigo intentándolo y dando oportunidades a los tres autores pero, hasta la fecha, cada vez que abro un libro de poemas de Miguel Hernández o Lorca o abro las páginas del precioso Quijote encuadernado en piel negra con letras doradas que me regaló mi abuelo, no consigo pasar de las tres primeras páginas.

Espero que algún día no muy lejano mi mente esté preparada para ellos y pueda descubrir toda esa belleza que, quienes los han leído, dicen que hay en ellos. Porque estas tres asignaturas pendientes, a veces, las siento como espinas literarias.

Suspiro