domingo, 21 de diciembre de 2008

Hasta el año que viene.

El miércoles esta que les quiere se va a su tierruca para pasar las fiestas con su familia, así que cuelgo el cartel de “cerrado por vacaciones”.

Ya, diréis que todavía quedan dos días (hoy ya no le cuento) pero es que voy a estar un poco atareada con los preparativos del viaje. Que si lavadoras, plancha, dejar ordenada la casa para que a la vuelta no me dé un ataque… Y la maleta. ¡Ay la maleta! Eso es lo que peor llevo. Hacer la maleta para ir a mi Cantabria en estas fechas es una locura: por si llueve, por si no llueve que la última Navidad parecía primavera, algo coqueto para las fiestas que a mamá le gusta que estemos guapos, ropa para el resto de días, que si “estoy segura de que se me olvida algo”, repasemos: el cargador del móvil, las pinturas y maquillaje… Y los libros. A ver qué libros llevo: “estos dos, no que estos los acabo en un pis pas”, “este otro que es gordito, uf no que es un poco espeso y no voy a tener tranquilidad para saborearle”… Un dilema lo de los libros.

Así que, como veis, no creo que vaya a tener tiempo de pasar por aquí. Por eso echo la llave hoy.

Pero antes de cerrar quiero desearos a todos que tengáis unos días cálidos rodeados de vuestras familias. A quienes, por las circunstancias personales, no puedan estar cerca de su familia les deseo que, al menos, estén rodeados de amigos que son una segunda familia. Que todos, todos, disfrutéis de las fiestas, os reencontréis con esos viejos amigos que, como vosotros, regresan al hogar, que vuestros hijos, sobrinos, los hijos de vuestros amigos y vecinos os contagien su ilusión y su alegría.

A los que estos días estén en la carretera bien por trabajo, bien porque se van de vacaciones, por favor tened mucho cuidado que quiero teneros a todos aquí a mi regreso. Pensad que vuestras vidas no son sólo vuestras sino también de todos los que os queremos.

Y a todos los que habéis entrado en esta casa y os habéis quedado a tomar un café y a leer un ratito, españoles, argentinos, peruanos, mexicanos… deseo para vosotros que el año 2009 os conceda vuestros mejores deseos y los de vuestras familias y amigos, y que instale en vuestras vidas la Felicidad.

Un besuco a todos.

viernes, 19 de diciembre de 2008

domingo, 14 de diciembre de 2008

Encuentro con el Otro - Kapuscinski.

"Cuando me paro a reflexionar sobre mis viajes por el mundo, viajes que se han prolongado durante muchos, muchos años, a veces tengo la impresión de que las fronteras y los frentes, así como las penalidades y los peligros propios de estos viajes, me han producido menos inquietud que la incógnita, siempre presente y renovada a cada momento, de cómo transcurriría cada nuevo encuentro con los Otros, con esas personas extrañas con las que me toparía mientras seguía mi camino. Pues siempre supe que de ese encuentro dependería mucho, muchísimo, si no todo. Cada uno de ellos era una incógnita: ¿cómo empezaría?, ¿cómo transcurriría?, ¿en qué acabaría?

El mero planteamiento de preguntas como estas es, por supuesto, tan antiguo que casi podría calificarse de eterno. El encuentro con el Otro, con personas diferentes, desde siempre ha constituido la experiencia básica y universal de nuestra especie. Los arqueólogos nos dicen que los grupos humanos más antiguos no contaban más que treinta o, a lo sumo, cincuenta personas. Si aquellas familias-tribus hubiesen sido más numerosas, le hubiese resultado difícil trasladarse con la rapidez suficiente. Si hubiesen sido más pequeñas, les habría resultado más difícil defenderse y librar batallas en la lucha por la supervivencia.

Y he aquí a nuestra familia-tribu siguiendo su camino en busca de alimentos y que de pronto se topa con otra familia-tribu. ¡Qué momento tan trascendental en la historia del mundo! ¡Qué descubrimiento más fabuloso! ¡Descubrir que el mundo está habitado por otras personas! Pues hasta aquel momento, el miembro de nuestra comunidad familiar y tribal podía vivir convencido de que, conociendo a sus treinta, cuarenta o cincuenta hermanos, conocía a todos los habitantes de la tierra. Y de pronto descubre que no, que ni mucho menos; que el mundo también alberga a otros seres parecidos a él, ¡a otras personas!

¿Cómo comportarse ante tamaña revelación? ¿Cómo actuar? ¿Qué decisiones tomar?

¿Abalanzarse con ferocidad sobre los extraños? ¿Pasar a su lado co indiferencia y seguir el camino propio? ¿O, tal vez, intentar conocerlos y tratar de encontrar una manera de entenderse con ellos?"

Cuadro: "La jungla - Wilfredo Lam"



viernes, 12 de diciembre de 2008

A MEXICO - Con cariño.

Quienes me conocen saben que tengo auténtica debilidad por la música mejicana. No hay que insistir mucho para que me arranque a cantar una ranchera o un corrido. Las canto en las comidas de amigos y familia, mientras paso la aspiradora, en la ducha, a pleno pulmón, dulcemente o con apasionado desgarro.

No puedo evitar llorar, reír, emocionarme con esas historias de amor, desamor, traiciones, olvidos, venganzas, de valientes y elegantes caballos…

Cuando me regalaron mi primer tocadiscos a los 14 años, uno de color verde- tipo maletín- cuyo altavoz estaba en la tapa, venía acompañado de dos LP. Uno de Jorge Negrete, el otro de Vicente Fernández. En ese momento me enamoré perdidamente de esa música (y de los dos cantantes ¡qué guapos!) y a partir de ahí y hasta el día de hoy he comprado toda la música mejicana que se ha cruzado en mi camino. Puedo decir que poseo una gran colección de rancheras, corridos mejicanos, corridos villistas, guapangos y, recientemente descubiertos gracias al Sr. Reverte y su libro La Reina del Sur, narcocorridos.

Aunque ya se acaba el día, hoy festividad de Nuestra Sra. De Guadalupe dedico un pequeño homenaje a este país que me ha regalado una de mis mayores pasiones. La canción, un clásico, es "No volveré". Cantan dos grandes: Vicente Fernández y Ana Gabriel.

Recuerdo que en esta casa entró alguien cuyo perfil decía ser de México, vaya también por él. Y vaya con especial recuerdo por todos mis amigos mejicanos: los que están allí y los que están aquí.

martes, 9 de diciembre de 2008

Lluvia.

Por fin llega a casa. Llueve.

Deja el paraguas dentro de la bañera, “debería de comprar un paragüero”. Vuelve a la entrada para quitarse esos malditos tacones que la están torturando, “¿Quién fue el misógino que los inventó?”. Se pone las zapatillas, cuelga el abrigo y se dirige a la habitación para ponerse algo más cómodo. Va a la cocina, coge la cafetera y la abre, la llena de agua, añade el café, vuelve a cerrarla y enciende el fuego. Con gesto cansado mira la cafetera y espera. El aroma del café empieza a invadir la casa. Prepara una taza, leche caliente y dos cucharadas de azúcar. Toma la taza firmemente entre sus manos para que entren en calor. Llega al salón, enciende la estufa, se sienta y escucha.

Adora escuchar la lluvia. Le trae tantos recuerdos… olores, colores, caras, paisajes, momentos. Le gusta el sonido de la lluvia, es tan relajante… Se acomoda en el sofá, coge el libro y retoma la historia. De vez en cuando apoya el libro en su pecho, lo acaricia…y escucha.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Volver.

La práctica del arte - A. Tapies.

“Mirad el objeto más sencillo. Cojamos, por ejemplo, una vieja silla. Parece que no es nada. Pero pensad en todo el universo que abarca; las manos y los sudores que cortan la madera que un día fue un robusto árbol, lleno de energía, en medio de un frondoso bosque, en unas altas montañas; el amoroso trabajo que la construyó, la ilusión que la compró, los cansancios qué alivió, los dolores y alegrías que habrá sostenido, ¡quién sabe si en grandes salones o en pobres comedores de suburbio…¡Mirad, mirad a fondo! […] Es un juego. Pero jugar no quiere decir hacer las cosas “porque sí”. Jugando… jugando, de pequeños aprendemos a hacernos mayores. Jugando… jugando, hacemos crecer nuestro espíritu, ampliamos el campo de nuestra visión, de nuestro conocimiento. Jugando… jugando, decimos cosas y nos escuchan, despertamos al que se ha dormido; ayudamos a ver al que no sabe o al que le han cerrado los ojos. Yo os invito a jugar, a mirar atentamente… Yo os invito a pensar”

Dejo aquí las imágenes de cuatro cuadros que me gustaría estuviesen en mi biblioteca acompañando a mis libros:




"Duelo a garrotazos" (Goya) - Para pensar.



"El matrimono Arnolfini" (Van Eyck) - Para jugar.


"Tu palabra que ilumina" (Isabel Guerra - La monja pintora) - El objeto más sencillo.



"Enamorados" (Lili Devo) - Para despertar lo dormido.

Balovega fué la primera en decorar su casa y lo hizo, para mi gusto, magníficamente. Su decorador vino a la mía y ahora tiene exceso de trabajo con las casas de Logio, Moisés, Javi y la de Alfredo.

viernes, 5 de diciembre de 2008

6 de diciembre.

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El día 6 de diciembre es un día muy especial para mí. No, no porque esté de cumpleaños nuestra Constitución. Ya hace mucho tiempo que en temas de política no tengo nada que celebrar, más bien todo lo contrario.

El cumpleaños que yo celebro es mucho más importante, muchísimo más. Así que, como la distancia me lo impide y no puedo estar físicamente junto a mi amiga, pues ya hace unos años que este día tiene su ritual. Ella no lo sabe y he decidido que se lo voy a contar así cuando dentro de unos días nos veamos nos reiremos juntas.

Recuerdo perfectamente el año que empecé a celebrar no sólo físicamente sino también con el corazón su cumpleaños. Fue exactamente el año en que ella empezó una lucha dura, muy dura, contra el monstruo que la quería separar de los suyos.

Desde ese año, cada 6 de diciembre madrugo por la mañana para ir al mercado y comprar todo lo que necesito para prepararme una comida o una cena especial. Y compro una botella de buen vino tinto para alzar mi copa por ella (Dios mío esto suena a canción de Julio Iglesias, perdón). En la mesa el mantel “de las ocasiones especiales” (ese muy bonito que odias a la hora de planchar), la copa de vino de pie alto y boca ancha, platos y cubiertos bien colocados en su sitio.

Y aunque parezca que estoy sola, no es cierto, mi corazón se traslada al pueblo más bonito de mi tierra y se sienta junto a ella. Disfruto de mi menú con ella, pensando en ella, brindando por ella.

El 6 de diciembre celebro que la vida me honró al otorgarme un regalo al que no se puede poner precio, conocerla. Celebro que tengo la fortuna de ser querida y respetada por una de las pocas personas que conozco merecen todo el amor y respeto del mundo, una persona íntegra, con unos valores humanos enormes, con tanta ternura dentro de sí que la regala a manos llenas y nuca se le acaba, con una de las sonrisas más bonitas que conozco y con una risa que te contagia aunque no lo quieras. Una persona luchadora que no tiene nada suyo todo es para su gente. Su mirada lo dice y lo calla todo, su voz arropa en días fríos y refresca en los cálidos, sus manos son finas pero fuertes y firmes. En todos los años que la conozco nunca la he oído pedir nada para ella y para una vez que lo hizo fue “estar bien para poder cuidar de mi familia”. Creo que ya está todo dicho.

Los últimos cumpleaños han sido crueles, duros. Este año celebraré lo que toca: un cumpleaños feliz. Porque lo que tanto he rogado por fin se ha cumplido: todo está empezando a volver a su cauce, la serenidad de la vida vuelve a ella, sus palabras son las de una persona feliz.

Mi amiga nació el día de la Constitución y se llama LIBERTAD.

Una rosa de color rosa para ti, que sé, son las que te gustan. Felicidades.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Habíamos ganado la guerra - Esther Tusquets



"Una señora de la alta sociedad podía acostarse sin recato con unos y con otros, coleccionar amantes, sin que nadie o casi nadie, por mucho que se la critica a sus espaldas, se animara a dejar de tratarla, pero, si esta señora se separaba de su marido, ya podía despedirse del golf del Prat, de los clubes y sociedades realmente selectos".