sábado, 31 de mayo de 2008

Calle de los libreros - Madrid


¿Sabían ustedes que allá por el S. XIX una mujer, Doña Pepita, fue la responsable de que en la Vía Ceres de Madrid se creara el sistema de compra-venta de libros usados y también de que alrededor de su tienda se instalasen otras con el mismo servicio?

Tanto prosperaron estas tiendas en la calle que cambió su nombre por el de “Libreros”.

Durante todo el S. XX los estudiantes acudían a las librerías de esta calle para revender sus libros o a comprar el que necesitaban para sus estudios. Pero también acudían escritores que sabían que lo que buscaban sólo lo encontrarían allí. Si las librerías de viejo de la calle libreros no lo tenían, no merecía la pena molestarse en buscarlo en ninguna otra librería de Madrid.

Hoy, algunas de aquellas entrañables librerías como “Barbieri” o “La Felipa” han desaparecido. Los nuevos tiempos no las dan respiro, las ahogan.

¿Por cuánto tiempo más se seguirá llamando, esta perpendicular a la Gra Vía, “La calle de los libreros"? ¡Ojalá nunca tenga que cambiar de nombre! Quienes la conocemos, la necesitamos.

Gracias a todos los libreros que siguen luchando porque sus librerías sobrevivan.

viernes, 30 de mayo de 2008

Biblioteca de Santa Walburga (Zutphen - Holanda).

Bueno, pues que he decidido que los viernes...toca biblioteca. ¿que por qué? Básicamente porque así lo he decidido, ¿o no es mi blog?.
Pero sobre todo porque este es mi pequeño homenaje a esas salas que siempre me han fascinado. Cada vez que entro en una biblioteca y veo todos esos libros ahí, poder mirar, fisgar, tocar y mejor aún ¡llevármelos a casa!. Todo un mundo de historias, paisajes, personajes... Y están ahí al alcance de todos, deseosos de ser los elegidos. Esperándonos.



La biblioteca de Sta. Walburga fue creada en 1.564, por lo tanto, es la única biblioteca pública que data del S. XVI. El edificio y su mobiliario han sido conservados casi por completo en su estado primitivo y gran parte de su colección se encuentra todavía en su posición original.

El consejo capitular de Sta. Walburga, que se compone de 12 sacerdotes, figuraron como consejeros jurídicos del duque de Güeldres y conde de Zutphen, y de los concejales de Zutphen, lo que explica la gran colección de libros.

A mediados del S. XVI dos guardias de la iglesia, Conrad Slindewater y Herman Berner, tuvieron la idea de construir una sala para los libros con la intención de que la biblioteca fuese un bastión contra la reforma del pensamiento. La construcción de la biblioteca duró desde 1.561 a 1.564.

Los contados manuscritos se encontraban, y así continúan, encadenados en atriles que antes habían sido bancos de la iglesia. Los libros eran encadenados para proteger los manuscritos originales, la más valiosa posesión del monasterio, de robos o pérdidas.

La colección está formada por 300 volúmenes, 15 de los cuales datan de principios del S. XVI. La fundación Stichting Librije Walburgskerk Zutphen es la encargada de su restauración gradual.



miércoles, 28 de mayo de 2008

El cuenco de laca - Fernando Schwartz


"...Guardó silencio nuevamente. Después cogió con delicadeza el tintero de laca. Lo estuvo contemplando un largo rato. - ¿Sabes cómo se hace la laca? - Hice un gesto negativo - Es un procedimiento muy largo, de años y años, y muy complejo. Cualquier cosa puede estropearlo: una mota de polvo, un rasguño, un descuido... El árbol de la laca, Tsichu, produce una resina muy parecida a la de los pinos en Europa. Esta resina se recoge con conchas de mejillón; la operación debe hacerse al alba, por tiempo cubierto, pero no lluvioso: el sol oscurecería la laca antes de tiempo y la arruinaría. La resina se conserva e recipientes de bambú tapados con papel para evitar el contacto con el aire, como vosotros hacéis con vuestras mermeladas. Es preciso ser cuidadoso en el manejo de ese líquido porque es muy venenoso -sonrió-, como los presos de Hoa Lo. Después, una vez que se dispone de la primera laca, hay que fabricar, modelar los objetos que van a ser lacados. Por lo general se utiliza madera de ciprés o de vang-tam, que se lijacon gran cuidado; los agujeros que quedan se rellenan con una pasta de laca mezclada con arcillay serrín. Entonces se aplica una primera mano de laca cruda con la que se tapan todos los poros aún abiertos. Se deja secar y se lija de nuevo hasta la misma superficie de la madera. Después se le pega al objeto una finísima tela y se empiezan a aplicar las siguientes manos de laca, sola o mezclada con arcilla, con tierra, con serrín, dependiendo de la consistencia y finura que se pretenda obtener. Cada capa es puesta a secar y, después, lijada con piedras rugosas o con carbón de camelia. Para aplicar las capas se usan unos pinceles especiales que hay que afilar continuamente, como si se tratara de lápices. Y así, una capa tras otra, durante años. -Con el dorso de la otra mano hizo un gesto ligero, como si estuviera aplicando una pincelada-. Sí, al principio es transparente, pero al contacto con el aire se acaba volviendo opaca. La laca negra se obtiene amasándola durante días, como si fuera manteca, remezclándola con una pala de madera; luego se vuelve la pasta en un paño de lino y se retuerce, como se hace con la ropa recién lavada, hasta que la laca pura cae en un recipiente. Cuando todo está terminado, puede empezarse a decorar el objeto, con rojos de cinabrio, amarillos de cadmio, blancos de sulfato de bario o, mejor aún, de cáscara de huevo, y oro y plata. Y una vez terminada la decoración, daremos una nueva capa de laca transparente, aplicada esta vez con un pince hecho de cabellos de un niño de entre ocho y diez años. Es esencial que sea un niño de esa edad porque, si no, todo el proceso se estropearía -sonrió una vez más y bajó la voz-: Aunque hay quien dice que que la cola de una vaca da el mismo resultado. En fín -añadió levantando hacia mí el pequeño tintero que sostenía entre los dedos índice y pulgar-, este humilde tarrito, que no es nada y apenas si cuesta unos dong, ha sido hecho y pulido y pintado y pulido a lo largo de años de paciente labor. Es pequeño pero indestructible. Se secó al sol y maduró bajo la lluvia, con calor y con frío. Nada será capaz ya de doblarlo o descascarillarlo. Se ha endurecido como el diamante. ¡Un pequeño objeto sin valor! Pero contiene más sabiduría y más paciencia de la que jamás aplicaron los pintores del Renacimiento o los orfebres de San Petersburgo. -Posó el tintero a su lado, sobre la bancada-: ¿Me entiendes?"

lunes, 26 de mayo de 2008

El Imperio - Ryszard Kapuscinki

"Una sabia frase de Eclesistés: "Quien reúne saber reúne dolor."
Desarollando este amargo pensamiento, karl Popper escribió en su tiempo que (cito de memoria) la ignorancia no es una simple y pasiva falta de conocimiento, sino que es una postura activa que consiste en negarse a adquirirlo, negarse a poseerlo, es un rechazo del saber. (En una palabra: el no saber es mas bien el antisaber.)"

sábado, 24 de mayo de 2008

Formas de persuadir...

Este "aviso" se encuentra en el Monasterio de San Pedro de Barcelona. ¡A ver quien se atreve a sisar nada!

"Para aquel que robara, cogiera prestado o no retornara un libro a su legítimo propietario, que se transforme en una serpiente en su mano y se la desgarre. Que queda paralizado o todos sus miembros malditos. Que sufra el dolor pidiendo en voz alta clemencia, y que no se le permita recuperarse de su agonía hasta que se descomponga. Permítase a los gusanos de los libros que roan sus entrañas... y cuando vaya a alcanzar su castigo final, permítase que se consuma eternamente en las llamas del infierno”

Hai excomunión

Fórmula disuasoria de la biblioteca de la Universidad de Salamanca.

Almudena en la lluvia (Francisco Díaz de Castro)

En la feria del libro del año 2006 compré el libro de poemas "Hasta mañana, mar" de Francisco Díaz de Castro.
Este poemario, ganador del XXVI Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla" me le recomendó un amigo. Me dijo "cómprale ya verás qué sorpresa te espera dentro". Me picó la curiosidad y le compré. Para que lo entendais, mi nombre es Almudena y me encanta la lluvia y no había oído hablar del poeta en mi vida.



ALMUDENA EN LA LLUVIA.
El chaparrón de abril, que no respeta nada,
pone una plata fría en el ambiente urbano.
Brillan los verdes nuevos en los árboles,
y en el anochecer traslúcido
un quieto cielo gris reluce leve.
El tráfico y la gente chapotean.
Suena alegre la lluvia, como hace mucho tiempo
en primaveras rosas que no alcanzo
apenas a entrever, y no hay melancolía,
y voy calamocano con ese alcohol de abril.
Hay cosas que espejan un instante,
confusas pero ciertas, como ese olor a tierra
que me une a la tarde como un vértigo
a punto de nacer, y que me pone
ingrávidas las manos, ingenuo el corazón,
ignorante la piel, ese momento
en que Almudena ríe, empapada de lluvia.

viernes, 23 de mayo de 2008

Biblioteca de la Universidad de Salamanca.

El estudio Salmantino, posteriormente Universidad de Salamanca, nació en 1218 gracias a la voluntad de Alfonso IX de León. En 1254 Alfonso XI “El Sabio” le otorgó su primera constitución, y así fue como comenzó su andadura. Fue en 1255, un año después, cuando el Pala Alejandro IV otorgó validez universal a todos sus títulos y le dio uso de sello propio.

Benedicto XIII, el Papa Luna, otorgó fondos para la compra de libros y ordenó que se construyera una vivienda para el Estacionario que era una especie de librero que alquilaba cuadernos de las obras, corregidas y aprobadas por las autoridades académicas, para que fuesen copiadas por los interesados. Es en casa del Estacionario donde son alojados los primeros libros.

A partir de 1470 los libros son trasladados de la casa del Estacionario a una sala propia situada en la zona alta de la capilla.

La primera referencia de las obras existentes en la biblioteca, data de 1471 y se habla de un registro de 201 volúmenes.

Debido a la instalación del retablo, se derribó el techo que separaba la capilla de la sala de libros, por lo que la universidad estuvo unos 5 o 6 años sin sala. En 1509 se propuso la construcción de una sala, la actual, en la planta alta del claustro.

El inventario más antiguo de la biblioteca data de principios del S. XVII, inventario con registro de autores y títulos, y en él se habla de 879 obras entre manuscritos e impresos.

En este siglo, la normativa de la biblioteca aumenta y así se recogen en ella artículos como: sanciones a los estacionarios en caso de que faltasen volúmenes, aprobación de la venta de los libros duplicados para la compra de nuevos, obligación de dejar en prenda objetos personales o presentar la garantía de dos catedráticos.

En 1614 se instalaron los armarios realizados y decorados por Martín Cervera, destinados a guardar los libros y archivos prohibidos. Actualmente protegen los incunables.

Desde su inicio y hasta nuestros tiempos los fondos de la biblioteca se han ido incrementando por varios motivos: la principal fuente de fondos ha sido, sin duda, las proveniente de donaciones, la expulsión de la Compañía de Jesús proporcionó unos 12.000 volúmenes, la desaparición de colegios menores aportó otros 10.000. El S. XIX aún aportaría importantes novedades al fondo bibliográfico, sobre todo llegados de las pequeñas pero ricas bibliotecas de muchos conventos.

En cuanto a las instalaciones, al antigua librería se utiliza como museo y depósito sólo para obras impresas. Los incunables y manuscritos se encuentran en una pequeña habitación con bóveda de crucería adaptada en 1774 para los libros prohibidos. La sala Magna fue utilizada para zona de lectura pero actualmente la consulta de fondos se realiza en la Biblioteca General situada en el ala opuesta del claustro.

La biblioteca universitaria posee actualmente 2.774 manuscritos, 483 incunables, y unos 62.000 volúmenes impresos entre los S. XVI y XVIII.

Datos obtenidos de: http://usal.es/

Foto: Biblioteca Antigua.

jueves, 22 de mayo de 2008

¿Por qué leo?


Hace tiempo, en un foro de lectura, el administrador nos hizo esta pregunta:

“¿Por qué lees?”

De todas las respuestas, incluida la mía, la que mejor resumió las razones de todos los que tenemos pasión por la lectura fue aquella tan tajante que dijo: “Por lo mismo que respiro”.

Los libros me hacen compañía en momentos de soledad, me permiten viajar en el tiempo y el espacio, dan la oportunidad de conocer a muchas personas que de otra manera no hubiera sido posible hacerlo, me presentan gente de cuya existencia no había oído hablar nunca, me hacen sentir que estoy viva, me hacen reaccionar, me hacen sentir.

A veces, cuando estamos concentrados en la historia que el autor nos cuenta, de repente aparecen esas líneas que nos resumen la esencia del libro, o que simplemente nos afectan de manera inexplicable.

Inicio este blog para compartir esas cosas que he leído y que de alguna manera me han hecho reaccionar: me han hecho llorar, o reír, o simplemente sonreír, me han descubierto nuevas opiniones, o me han dado un punto de vista diferente a lo que yo opinaba abriéndome así las puertas de la duda, o me han estremecido... Textos con los que mis sentimientos se identifican, textos sencillamente deleitantes.

Reconozco tener mi “manías” a la hora de leer y que me gusta todo aquello que está relacionado con este maravilloso mundo de los libros. He colocado un apartado “Cosucas del leer” para archivar esas “manías” y esas cosas que tienen que ver con el excitante placer que dan los libros y la lectura.
Foto: Cuadro de Isabel Guerra - La monja pintora.
Título: "Por tu palabra viviré en la claridad"