jueves, 28 de enero de 2010

El vestido.

El patrón de su vida estaba cosido con hilo de mezquindad en una tela de posesiones, botones sujetos con fingido amor para tapar ojales de mentiras, puntadas de falsa plata ribeteaban las cenefas y mangas a medio brazo bordadas con engaño.

Había invertido muchas horas en la confección de ese radiante vestido. Lo único que le faltaba para ser perfecto era una tela hermosa que cubriese sus hombros en los días álgidos. Buscó entre todas las telas del muestrario.

Sólo halló un frío tul de soledad.


miércoles, 27 de enero de 2010

¡Qué linda sorpresa!

Buscando una chacarera por los mundos de Youtube me he encontrado con una preciosa sorpresa y me he dicho: Anjanuca, tienes que enseñárselo a tus amigos.

Os presento, a la guitarra una amiga, Laura Dos Santos, y a Sebastián Tesouro un gran violinista al que tuve el placer de conocer este verano.

Aquí os los dejo para que los disfrutéis.


lunes, 25 de enero de 2010

martes, 19 de enero de 2010

Patas arriba - Eduardo Galeano.

Leer al uruguayo Eduardo Galeano es como el placer que se siente al paladear el mejor de los vinos en una tarde de amigos y guitarra.

Alguien dijo que Galeano debería de escribir libros de Historia para aprender en las escuelas. Estoy totalmente de acuerdo.

En sus obras conviven ensayo, poesía, crónica y narración para recoger las voces de la calle y del alma que expresan la realidad y su memoria. Galeano es la voz y el recuerdo de la vida y la historia de las “personitas”.

“Patas arriba. La escuela del mundo al revés” es mi primer libro del 2010. Lo elegí porque, siendo de Galeano, estaba segura de que sería perfecto para empezar el año lector. No me equivoqué.

Os dejo un fragmento que espero os haga disfrutar:



“En 1948 y 1976, las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar. ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible.

El aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones;

En las calles, los automóviles serán aplastados por los perros;

La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor.

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas.

La gente trabajará para vivir, en lugar de trabajar para vivir.

Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega.

En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo.

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel del consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.

Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.

Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.
Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.

La solemnidad dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo.

La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero.

Nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene.”

Hay más sueños maravillosos en este apartado de delirios de Galeano que termina así:

“La perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses; pero en este mundo chambón y jodido, cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero.”

Foto: Mapa del geógrafo Al-Idrisi donde el Norte está al Sur.

sábado, 16 de enero de 2010

El libro más caro del mundo II


El libro más caro del mundo cuesta 153 millones de euros (ciento cincuenta y tres, sí señores) y tiene sólo trece páginas. Vamos que, si mis cálculos son ciertos, la página sale a casi doce milloncitos de ná. Al alcance de cualquier amante de la lectura.

Según su autor, Tomas Alexander Hartmann, su precio es tan elevado porque en él quedan resueltas las tres cuestiones más importantes de la Humanidad: ¿De dónde venimos?, ¿A dónde vamos? Y ¿Cuál es la misión real que todavía está por realizar? Y el Sr. Hartmann debe de ser toda una eminencia porque dice haber resuelto tales enigmas él solito y sólo ha necesitado trescientas frases para hacerlo.

Al preguntarle cómo llegó a ese precio, Hartmann dijo que necesitó más de 30 años para escribir las 13 páginas de "The Task" y que en general el precio de algo varía en función de la oferta y la demanda, si se mira sin ninguna aplicación.

La última vez que el libro fue expuesto al público fue en marzo de 2009 en Art Dubai.

En fin, no sé vosotros, pero yo, ni aun sobrándome semejante cantidad de dinero, compraría este libro. Me parece inmoral gastar esa cifra en lo que me parece es la obra de una persona engreída y endiosada cuando en el mundo hay millones de personas que mueren de de hambre o de enfermedades tan comunes como una sencilla gripe. Pero, como soy realista, sé que la inmoralidad sale a menudo impune y siempre habrá algún voluntario para hacerse con él.

Así se le atragante.
Datos obtenidos de: "El economista"

viernes, 15 de enero de 2010

Los pecados de Haití - Eduardo Galeano.

La democracia haitiana nació hace un ratito. En su breve tiempo de vida, esta criatura hambrienta y enferma no ha recibido más que bofetadas. Estaba recién nacida, en los días de fiesta de 1991, cuando fue asesinada por el cuartelazo del general Raoul Cedras. Tres años más tarde, resucitó. Después de haber puesto y sacado a tantos dictadores militares, Estados Unidos sacó y puso al presidente Jean-Bertrand Aristide, que había sido el primer gobernante electo por voto popular en toda la historia de Haití y que había tenido la loca ocurrencia de querer un país menos injusto.

La humillación imperdonable.

En 1803 los negros de Haití propinaron tremenda paliza a las tropas de Napoleón Bonaparte, y Europa no perdonó jamás esta humillación infligida a la raza blanca. Haití fue el primer país libre de las Américas. Estados Unidos había conquistado antes su independencia, pero tenía medio millón de esclavos trabajando en las plantaciones de algodón y de tabaco. Jefferson, que era dueño de esclavos, decía que todos los hombres son iguales, pero también decía que los negros han sido, son y serán inferiores.

La bandera de los libres se alzó sobre las ruinas. La tierra haitiana había sido devastada por el monocultivo del azúcar y arrasada por las calamidades de la guerra contra Francia, y una tercera parte de la población había caído en el combate. Entonces empezó el bloqueo. La nación recién nacida fue condenada a la soledad. Nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.

El voto y el veto.

Para borrar las huellas de la participación estadounidense en la dictadura carnicera del general Cedras, los infantes de marina se llevaron 160 mil páginas de los archivos secretos. Aristide regresó encadenado. Le dieron permiso para recuperar el gobierno, pero le prohibieron el poder. Su sucesor, René Préval, obtuvo casi el 90 por ciento de los votos, pero más poder que Préval tiene cualquier mandón de cuarta categoría del Fondo Monetario o del Banco Mundial, aunque el pueblo haitiano no lo haya elegido ni con un voto siquiera.

Más que el voto, puede el veto. Veto a las reformas: cada vez que Préval, o alguno de sus ministros, pide créditos internacionales para dar pan a los hambrientos, letras a los analfabetos o tierra a los campesinos, no recibe respuesta, o le contestan ordenándole:
-Recite la lección. Y como el gobierno haitiano no termina de aprender que hay que desmantelar los pocos servicios públicos que quedan, últimos pobres amparos para uno de los pueblos más desamparados del mundo, los profesores dan por perdido el examen.

Publicado por Eduardo Galeano en la revista Brecha.
Montevideo el 22 de julio de 1996.

¿El libro más caro del mundo?

Gracias a un navarrico muy querido por todos, llevo unos días con la boca abierta cual bocarte de Santoña.

Verán, nuestro navarro me ha enviado una presentación de Power Point con algunos de los “caprichitos” más caros del mundo. Un poco de mal humor me ponen a mi estas cosas cada vez que las veo y pienso en como anda el mundo pero bueno, eso es harina de otro costal.

El caso es que, de todo lo que estaba viendo, hubo una cosa que me llamó especialmente la atención: El libro más caro del mundo. Y digo que me llamó la atención primero porque, la verdad, nunca se me había ocurrido pensar en ello y segundo porque ¿quién pone precio a algo así? La cosa es que me vino a la cabeza aquella famosa frase de Manuel Machado “Todo necio confunde valor y precio”.

Buscando por esta anarquía que es Internet he encontrado algo de información sobre el que es considerado como el libro más caro del mundo y me gustaría compartirla con vosotros. ¡Ea! Ahí va.


LOS EVANGELIOS DE “ENRIQUE EL LEON”.

El libro es del S. XII y fue adquirido en 1983 en una subasta de Sotheby’s por la módica cantidad de dieciséis millones de euros (16 millones, habéis leído bien).

La propiedad del manuscrito la comparten amablemente Alemania, Baja Sajonia, Baviera y la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano que se ocupan de su conservación ( a ver, como para que se te caiga una gota de café encima).

Los evangelios fueron mandados a hacer en 1188, por el entonces príncipe de los reinos de Sajonia y Baviera, Enrique “El león”, al convento de Helmarshausen.

Las ilustraciones están consideradas como una muestra excepcional del arte medieval




Una, como es curiosa, ha seguido buscando un poco más y…. resulta que, desde el año pasado, se podría decir que estos evangelios tienen un precio “asequible”.

Pero me parecen demasiados sobresaltos para un mismo día, esta historia os la contaré mañana. No vaya a haber desmayos.

domingo, 10 de enero de 2010

Cojones del Anticristo.

Cuenta la Historia que el Beato de Liébana tenía grandes diferencias teológicas con Elipando de Toledo que al parecer era un poco hereje pues sostenía que Jesucristo era sólo hijo adoptivo de Dios. Su enemistad llegaba hasta tal punto que el Beato de Liébana le llegó a definir como “el cojón del anticristo”.

Os cuento esto para que no se asuste nadie si, de visita por mi tierruca, ve en el escaparate de alguna tienda un cartel como éste que he fotografiado en Liérganes.


Los “Cojones del Anticristo” son unas pastas de té típicas del valle de Liébana cuyo ingrediente principal son las avellanas y que están requetebuenas. Sólo por el diseño de la caja merecen, ser compradas.


Pues eso, que el nombre no tiene nada que ver con el contenido es sólo cachondeo comercial.