martes, 30 de abril de 2013

Sostiene Pereira – Antonio Tabucchi.

sostiene-pereira

Lisboa, 1938. La opresiva dictadura de Salazar, el furor de la guerra civil española llamando a la puerta, al fondo el fascismo italiano. En esta Europa recorrida por el virulento fantasma de los totalitarismos, Pereira, un periodista dedicado durante toda su vida a la sección de sucesos, recibe el encargo de dirigir la página cultural de un mediocre periódico, el Lisboa. Pereira tiene un sentido un tanto fúnebre de la cultura: prefiere la literatura del pasado, dedicarse a la elegía de los escritores desaparecidos, preparar necrológicas anticipadas. Necesitado de un colaborador, contacta con un joven, Monteiro Rossi, quien a pesar de haber escrito su tesis acerca de la muerte está inequívocamente comprometido con la vida. Y la intensa relación que se establece entre el viejo periodista, Monteiro y su novia Marta, cristalizará en una crisis personal, una maduración interior y una dolorosa toma de conciencia que transformará profundamente la vida de Pereira. En esta novela, Tabucchi ha conseguido crear un inolvidable personaje que sin duda dejará una profunda huella en el lector, Pereira. Y con la historia de este periodista, Tabucchi nos ofrece también una espléndida historia sobre las razones de nuestro pasado que pueden ser perfectamente las razones de nuestro incierto presente.

(Anagrama).

Me gustan los libros que cuentan historias utilizando una prosa sencilla y clara, y cuyos personajes son reales y cercanos. “Sostiene Pereira” es uno de esos libros.

Por ahí he leído que Vargas Llosa dijo que Tabucchi ha escrito una perfecta fábula de la libertad y una de las pocas novelas morales laicas del siglo XX que perdurarán”. Creo que mejor no se puede definir.

"Sostiene Pereira" ha sido uno de esos libros que cuando los cierras te dejan una sensación de total plenitud y bienestar. Una obra maestra.

sábado, 20 de abril de 2013

Teresa Parodi en Mallorca!!!!

 

¡Qué poquitas horas faltan para disfrutarla en vivo! Esta noche Teresa Parodi actuará en la sala Jazz Voyeur de Palma de Mallorca. Estoy tan nerviosa y emocionada… Llevo toda la mañana intentando hacer cosas y no puedo porque no hago más que regresar a mi equipo de música para poner otra canción o repetir la que acaba de soñar.

¡Qué larga se está haciendo la espera del momento, señora Parodi!

 

domingo, 3 de marzo de 2013

Llegaron a tiempo – Charles Bukowski.

Me gusta pensar en escritores como James Joyce
Hemingway, Ambrose Bierce, Faulkner, Sherwood
Anderson, Jeffers, D. H. Lawrence, A. Huxley,
John Fante, Gorki, Turgenev, Dostoievsky, Saroyan,
Villon, incluso Sinclair Lewis, y Hamsun, incluso T. S.
Elliot y Auden, William Carlos Williams y
Stephen Spender y el valiente de Ezra Pound.

Me enseñaron tantas cosas que mis padres
nunca me enseñaron, y
también me gusta pensar en Carson McCullers
con su Café Triste y Ojo dorado.
ella me enseñó muchas cosas que mis padres
nunca supieron.

Me gustaba leer los libros de tapa dura de las bibliotecas
en su simple encuadernación de biblioteca
azul y verde y marrón y rojo claro
me gustaban los viejos bibliotecarios (varones y mujeres)
que te miraban seriamente
si tosías o te reías muy fuerte,
y aún cuando se parecían a mis padres
en realidad no había ninguna similitud.

Ahora ya no leo a estos autores que alguna vez leí
con tanto placer,
pero es bueno pensar en ellos,
y también me
gusta mirar las fotografías de Hart Crane y
Caresse Crosby en Chantilly, 1929
o las fotos de D. H. Lawrence y Frieda
asoleándose en Le Moulin, 1928.
Me gusta ver a André Malraux en su traje de aviador
con un gatito en el pecho y
me gustan las fotos de Artaud en el loquero
Picasso en la playa con sus fuertes piernas
y su cabeza pelada, y también está
D. H. Lawrence ordeñando esa vaca
y Aldous en Saltwood Castle, Kent, Agosto de
1963.

Me gusta pensar en toda esta gente
que me enseñaron tantas cosas que yo
nunca había imaginado antes.
y me enseñaron bien,
muy bien
cuando eso era tan necesario
me mostraron tantas cosas
que nunca creí que fueran posibles.
todos esos amigos
bien adentro de mi sangre
quienes
cuando no había ninguna oportunidad
me dieron una.

 

Pelayo

Biblioteca Menéndez Pelayo (Santander)

lunes, 4 de febrero de 2013

No intente manipularme.

Anda rondando por las redes sociales un artículo escrito con malas formas y peor gramática escrito por alguien cobarde que no sólo no ha firmado con su nombre y apellido sino que ha osado hacerlo con el nombre del escritor Jose Luis Sampedro.

Cualquiera de los que hemos leído a Sampedro no necesita leer más que el título del artículo, “Querido señor presidente: es un hijo de puta. Usted y sus ministros” para saber que es imposible que haya sido este excelente humanista el autor de semejante artículo.

“PASALO, COMPARTELO HASTA QUE ECHE HUMO EL ORDENADOR.” Esta es la petición que se hace desde la red. Pues no me da la gana. No voy a lanzar al mundo lo que me parece una mentira pero sobre todo una falta de respeto absoluto hacia un hombre con unos valores éticos dignos de admirar.

Quien para denunciar la falta de legalidad hace uso de lo ilícito no puede recibir mi apoyo. Desde el momento que usurpó el nombre de Jose Luis Sampedro se ha convertido para mí en el mismo ilegal, mezquino y manipulador que los hechos y personas que denuncia. No hay cosa que más me reviente que el que me tomen por tonta y lo que el autor de este artículo ha intentado lo ve uno más tonto que yo.

Puede que me equivoque pero, opino que para pedir moral al mundo hay que empezar por tenerla uno mismo.

jose luis sampedro

Jose Luis Sampedro ha desmentido rotundamente la autoría del artículo.

¡Señor, qué indignada estoy!

miércoles, 23 de enero de 2013

Cartas al Rey de la Cabina – Luis Pescetti.

Sabiendo que me gusta mucho el cantante Juan Quintero, hace unos meses un amigo me envió un video y me dijo: mira esto, seguro que te va a gustar.

En el video Juan Quintero tiene un mano a mano de poesía y música con el escritor Luis Pescetti.

Conocía un poco la faceta literaria de Pescetti a través de alguno de sus cuentos infantiles pero desconocía por completo su faceta poética y el video me maravilló.

Así supe de "Cartas al Rey de la Cabina".

Pasé varios días buscando el libro por internet y, para mi sorpresa y por motivos que aún no llego a comprender, en todas las páginas donde le encontraba se vendía a un precio desorbitado: desde los 85 hasta los 200 dólares vi toda una gama de precios que asustaban a cual más. Pero se me ocurrió mirar en Amazon, la mayor librería virtual del mundo, y ahí estaba al módico precio de 12 € más gastos de envío. A los tres días el libro estaba en mis manos.

¡Qué preciosidad! el formato, el papel suavecito y de calidad que llama a la caricia, la belleza de la sencillez de las ilustraciones… Todo a primera vista me hacía pesar que "Cartas al Rey de la Cabina" iba a ser uno de esos libros que se aferran al alma. Y así ha sido.

Os dejo a continuación la presentación que hizo del libro la editorial porque me parece una opinión clara y acertada de él.

A lo largo de veintidós cartas, el libro expresa con hondo lirismo el sentir de una joven ante su primer desengaño amoroso. Su vida, llena de expectativas, de pronto se ve desbordada por la falta de reciprocidad. A través de sus cartas, en prosa poética, la joven interpela e insiste ante su amado para entender. Quiere comprender, saber, explicarse qué ocurrió, qué alejó al Rey de la Cabina de su lado. La joven, Paloma, siente que el modo de distanciarse del mundo, en lo alto de una cabina de una grúa, se parece bastante a su desapego amoroso. Ella cree, intuye, se convence, de que él, Antonio, huye por temor al compromiso; pero no por un temor cómodo, sino por un exceso de responsabilidad. Al Rey de la Cabina le pesa la diferencia de edad entre ellos.

Baja de tu grúa a estirar los brazos.

Ven a ver cómo falla, también, la primavera.

Esta tarde han fracasado los árboles, los choferes, el alumbrado público,

los amantes, los jardines, el cemento, la lluvia, las monedas sucias, los locutores de televisión, el azul. Todos vaciaron su propia derrota y

¿sabes qué?

no pasó nada

nada

nada

nada.

Cartas al Rey de la Cabina es un libro para atesorar, un objeto bellísimo con imágenes muy evocativas que recuerda los diarios íntimos y los cuadernos de notas, solo que en esta oportunidad, es el escenario de una historia de amor como la que muchos de los lectores siguen añorando.

Los lectores encontrarán un Pescetti desconocido para gran parte del público, en una cuerda muy sensible, emotiva, profunda y serena.

Estas cartas fueron escritas en otro tiempo,

y estaban dirigidas a alguien que por miedo y por amor, huyó.

Sólo supe que me seguía amando,

y soplé tan fuerte que las cartas subieron hasta su cabina

como podrían haber llegado, también, a cualquier lugar del mundo al que su corazón

de náufrago

hubiera querido que, por favor, llegaran.

Paloma

Entonces, ¿cuál es nuestra pequeña pelea, mi querido Rey de la Cabina? Recuérdamela,

¿cuál era tu pequeño enojo y el mío, con el mundo? ¿Qué diminuta piedra en el zapato se nos hizo tanto padecimiento?

Sonrío.

Paloma

La editorial recomienda el libro a “los jóvenes y adolescentes, para los jóvenes adultos y para los adultos y el público general que sea capaz de sentir empatía con una historia que mezcla tanto sentir y pensar sobre el amor”.

Como el amor, tierno, agridulce, doloroso, entrañable, acogedor, lleno de dudas y de verdades… Un libro para el recuerdo, para sentir y revivir.

Empieza el año lector con un magnífico sabor de boca.

jueves, 17 de enero de 2013

Cartas de amor – Jorge Guillem

Esas cartas de amor
que leen otros,
esas cartas que, frías y desnudas,
resistiéndose tiemblan
de vergüenza
frente a los ojos que
entrevén obscenos
los actos inocentes,
los más puros,
esas cartas raptadas, violadas
quizá por otro amor —irresistible.

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viernes, 23 de noviembre de 2012

Fuente de Vaqueros 1931

 

Lorca

“Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoievski, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.

Discurso de Federico García Lorca en la inauguración de la biblioteca de su pueblo. De plena actualidad.