jueves, 12 de noviembre de 2009

La mano de Valle-Inclán.


Ramón María del Valle-Inclán perdió su mano en una pelea, en la madrileña Puerta del Sol, con el escritor Manuel Bueno. Parece ser que uno de los bastonazos que recibió Valle-Inclán hizo que el gemelo izquierdo se le clavase en la muñeca. El escritor no se preocupó de curarse la herida y esta se infectó de tal manera que hubo que amputarle la mano.

Adaptado a su invalidez, se dice que en una tertulia con otros escritores, Valle-Inclán quiso establecer una similitud entre su manquedad y la de Cervantes. “Vamos, Ramón, que eso no fue Lepanto”, parece ser que le contestó Jacinto Benavente.

También corre el rumor de que cuando alguien le preguntaba a Don Ramón qué le había pasado en la mano éste contestaba: “Se me ha perdido en la barba”.

¿Otro ejemplo del humor del gallego u otra de las leyendas urbanas que rodean su biografía?

3 comentarios:

Juan Nadie dijo...

Desde luego humor gallego, pero no hay que hacer mucho caso a lo que contaba Valle Inclán, porque otras versiones dicen que de pelea nada, sino que se le gangrenó por una herida mucho más prosaica. Valle quiso que fuera como él cuenta, y está bien, los genios tienen derecho a ese tipo de licencias.

Almudena dijo...

Hola Juán Nadie.
Yo también pienso que muchas de las cosas que se cuentan/escriben de Valle-Inclán son leyendas que él mismo provocó, pero no dejan de ser divertidas.

Y sí, un genio se puede permitir estos capricho. Total, no hacen daño a nadie.

Besucos.

Balovega dijo...

Un genio este hombre, que siguió escribiendo sin ponerse la mano ortopédica que sus amigos le compraron con el dinero que entre todos reunieron para ello.

Un saludo con besote incluido de buenas noches