lunes, 16 de noviembre de 2009

Ajedrez - Jorge Luis Borges.


I
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste , la pieza
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?



Cuadro: "Satán enfrentándose a un hombre jugando por su alma"
Artista: Moritz Retzsch

3 comentarios:

Juan Nadie dijo...

Inabarcable Borges, inconmesurable. La literatura en estado puro. ¿Alguien ha intentado mejorar o dar otra forma a una sola frase o verso de Borges? Es imposible. No falta ni sobra nada.

No sé si se nota mucho que soy fan absoluto de D. Jorge Luis...

Almudena dijo...

Jajaja, pues si, se te ve bastante el plumero Juán Nadie.

Este poema le he sacado de su libro "El hacedor" que es como una especie de cajita de tesoros del argentino. De hecho, él decía que era el libro que más cariño tenía.

Besucos.

Balovega dijo...

Hola preciosa.. un gran poema.. gracias por traerlo y miles de besotes para que tengas bellos sueños.