Llegó a la casa recordando las Coplas del Payador Perseguido: “Con su permiso viá dentrar/ aunque no soy convidao/ pero en mi pago un asao/ no es de nadies y es de todos.” No conocía ni a los dueños de la casa ni a los invitados, tan sólo al amigo que la dijo “ven”. Loco el argentino, pero un loco de gran corazón. Quizás por eso, porque la invitación salió del corazón, supo que no podía decir no.
En el jardín a un lado la carne asándose a fuego lento en la parrilla, enfrente un horno de leña perfumando el aire con aroma de pan recién hecho. El dueño de la casa abrió la puerta del horno, vigiló las brasas, el pan y las pizzas. Luego se giró y la dio la bienvenida con una cálida sonrisa. Uno a uno, todos los invitados se acercaron a ella para saludarla y lanzaron buena onda a la noche. Sin saber cómo se vio envuelta en un ambiente de familia.
La carne llegó a la mesa, el vino a las copas, las risas a los labios. Una guitarra desafinada se unió al grupo y unas manos firmes la fueron acariciando hasta que notas afinadas dijeron que ya estaba lista. La guitarra tenía dentro payadas, chacareras, zambas, chamamés… Y la noche se volvió música y corazón.
No sabría decir en qué momento se dio cuenta de lo afortunada que era, quizás fue desde la primera sonrisa. Allí estaba ella, rodeada de amigos, de buenas personas. Seducida por voces que cantaban historias y recitaban amores, enredada en sonrisas francas, hechizada por una mirada cómplice que la invitaba a unirse al estribillo, implicada con el momento y las personas. Una vez más la vida la hacía partícipe del mejor de los honores, del regalo más bonito.
Nota: Gracias a Diego y a Viviana que me ofrecieron su casa, su comida y sus amigos, y que me dieron lo mejor de sus corazones. Hay personas a las que se quiere desde el primer instante y que se instalan para siempre en lo más profundo del alma.
4 comentarios:
Momentos que imagino se hacen inolvidables.
Un abrazo.
Si Senovilla, estos momentos son únicos e inolvidables.
Besucos.
¡Cómo me alegra saber que estás disfrutando, Anjana!
¡Y qué bien lo cuentas! Es un placer leerlo, imaginarlo.
¡Un abrazo, preciosa!
Estoy viviendo momentos muy especiales, Anderea. Me gustaría saber expresar toda la intensidad de esos momentos pero es difícil porque las palabras se quedan pequeñitas.
Muxu, guapa.
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