miércoles, 6 de mayo de 2009

El lector - Bernhard Schlink


"-¿No te acuerdas de cómo te enfadabas de pqueño cuando mamá,por tu bien, te obligaba a hacer algo que no querías? ¿tenía derecho a hacerlo, aunque fueras un niño? Es todo un problema. Un problema filosófico. Pero la filosofía no se preocupa de los niños. Los ha dejado en manos de la pedagogía, lo cual es un error. La filosofía se ha olvidado de los niños -añadió con una sonrisa-, y no sólo de vez en cuando, como me pasaba a mí con vosotros, sino para siempre.

-Pero...

-Pero en el caso de los adultos, desde luego, tengo muy claro que no hay justificación alguna para anteponer lo que un sujeto considera conveniente para otro a lo que éste considera conveniente para sí mismo.

-¿Incluso al precio de renunciar a la felicidad?

Negó con la cabeza.

-No estamos hablando de la felicidad, sino de la dignidad y la libertad. Tú, de pequeño, ya conocías esa diferencia. El hecho de que mamá siempre acabara teniendo razón no te servía de consuelo."

1 comentario:

Anónimo dijo...

La libertad.