martes, 9 de febrero de 2010

Recuerdos que quedan.

De niña los momentos que más me gustaban eran aquellos que pasaba con mi abuela Rosa junto a la cocina de leña. Mientras hacía la comida o mientras desgranábamos alubias para luego escogerlas y separarlas por colores, mi abuela solía contarme historias del pueblo, refranes, chascarrillos… Mi abuela era una mujer muy amena contando historias y además tenía un cachondeo tremendo. No sé cual de las dos disfrutaba más, si ella contándome las historias o yo escuchándola. Da igual lo que importa es que me encantaba escucharla.

Mi padre heredó de su madre la misma memoria y el mismo arte para hacer de una pequeña anécdota del pueblo la mejor de las historias. Mi padre es también un amante de los refranes y de los cuentos y leyendas costumbristas de todos los pueblos.

Cuando era pequeña mi padre que, como ya he dicho, tiene una memoria de elefante solía contarme las poesías que él aprendió en la escuela y creo que, gracias a ello, me empezó a entrar el gusanillo de leer. De liarla del todo, como ya expliqué hace tiempo, se encargaron mi madre y una monja.

Quizás porque mi experiencia fue ésta creo que una manera de conseguir que los niños se acerquen a la lectura sin que se aburran es enseñarles pequeños poemas con rimas sencillas y hechos para ellos.

Por suerte en España tuvimos una gran escritora infantil, una mujer entrañable y peculiar para quien los niños eran tema serio. Supongo que ya todos habréis adivinado que hablo de Gloria Fuertes.

Esta entrada está dedicada y además es un reto para los que sois padres, abuelos, tíos. También a los que no sois nada de lo anterior porque seguro que conocéis a algún niño al que poder contarles una buena historia o un bonito poema.

Aquí os dejo un par de ejemplos para empezar.

                                                             

cocodrilo-peluche

Y dijo el doctor dentista
A su enfermera reciente:
- pon el cartel en la choza,
no recibo más pacientes,
ha venido un cocodrilo
que tiene más de cien dientes.

 

 

 

 

La poeta se casó con el poeto
Y en vez de tener un niño
Tuvieron un soneto.

(Gloria Fuertes)

6 comentarios:

Cantares dijo...

Preciosos recuerdos!
Me encantò la poesìa, yo me acerquè a la lectura de muy pequeña de la mano de mi padre.
Besotes

Almudena dijo...

Tuve una infancia llena de amor, Cantares. Mis recuerdos de ella son muy lindos.

Gloria Fuertes es a España lo que Mª Elena Walsh a Argentina.

Besucos, me alegra que te haya gustado.

Anónimo dijo...

¡Qué buenos recuerdos, Anjanuca! Me alegra. Gracias por compartirlos.

La de veces que habremos leído mi hijo y yo a Gloria Fuertes antes de dormir. Gracias por recordarla.

Un abrazo.

Almudena dijo...

Pues fíjate que curioso Anderea, yo descubrí a Gloria Fuertes ya de adulta.

Besucos.

Jose Antonio dijo...

Gloria Fuertes y se me pone la piel de gallina, que recuerdos.

Un abrazo.

Almudena dijo...

Qué fuerza y qué ternura tenía ¿verdad Senovilla?

Besucos.