sábado, 24 de octubre de 2009

Un regalo en la mañana.

La mañana ha despertado con melancolía de fado. El compás de la lluvia tocando en la ventana y el sonido de los pasos del agua caminando por el torrente, han llegado hasta mi cama para darme los buenos días. Me gusta la lluvia: me gusta cuando nocturna canta una nana para acompañar mis sueños, me gusta cuando me despierta repiqueteando alegre por la mañana, me gusta cuando silenciosa respeta mis momentos tristes o nostálgicos. Si, me gusta.

Al abrir la ventana mi mirada ha amado el color gris, casi azul, del cielo reflejándose en el mar. El día invitaba al paseo.

La ciudad me ha cautivado con su paisaje. Parecía una de esas fotografías antiguas en sepia que han sido, en parte, coloreadas. Caminaba por el casco antiguo, la temperatura agradable, las gotas de lluvia rebotando sobre mi paraguas para caer al suelo y salpicar frescas contra mi pantalón vaquero, apenas se ha cruzado en mi camino media docena de personas, las calles están perezosas. Al torcer una esquina la melodía de un saxofón me han desviado del camino para conducirme hasta el soportal donde se refugiaba un músico callejero. He entrado en un bar, he pedido dos cervezas y he regresado para sentarme junto a él. El músico ha agradecido la cerveza con un movimiento de cabeza y con una mirada me ha invitado a compartir su refugio.

Si, el día invitaba al paseo… y a escuchar un saxo.



"Mi saxo rojo" - Alejandro Kurt Dreckmann Lopomo

5 comentarios:

Balovega dijo...

Hola Anjanuca..

Bello es caminar al amanecer por el casco antiguo de cualquier ciudad y escuchar a lo lejos el son de una melodía suave que te transportar con los sueños del pensamiento.

Preciosa entrada.. buen fin de semana con un gran besote

Anderea dijo...

Me gusta, Anjana.
"Al abrir la ventana mi mirada ha amado el color gris".
Qué cosas tan bonitas escribes.
Un abrazo.

Amio Cajander dijo...

cerveza mañanera!!
bueno un café tampoco hubiera venido mal bajo la lluvia ;-)

Precioso texto, comparto sensaciones.

fermin dijo...

Cada día me gusta más este huerto que, con sus frutos exuberantes, nos habla de la hortelana que lo cultiva, y me gusta lo que nos cuenta, si, me gusta.
Feliz domingo, Anjanuca.

Almudena dijo...

Balo, Santander no tiene casco antiguo (un incendio lo destruyó) quizás por eso me encanta pasear por el de otras ciudades. No conozco ninguno que no sea bello.

Anderea, gracias.

Amio, un café hubiese venido al pelo pero una no puede evitar ser del norte ;)

Fermín, es fácil cultivar cuando te han regalado buen terreno.

Besucos a los cuatro.