domingo, 25 de octubre de 2009

Cosas inexplicables.

¿No os ha sucedido alguna vez que encontráis en casa cosas que están fuera de su sitio y no os explicáis cómo han llegado a ahí? No es que suceda a menudo pero sucede.

Por ejemplo: ¿recordáis que hace unos meses pisé una bolsa de plástico que había en el suelo de mi cocina y que me dí un porrazo de aupa y me rompí la muñeca? Pues juro que no fui yo quien puso la bolsa ahí.

Otro ejemplo: Esta mañana cuando he abierto la nevera para sacar la leche me he dado cuenta de que en una de las baldas, junto a la cecina de León, estaban las llaves de mi coche. Yo no he sido, lo prometo.

Después de leer esto, muchos estaréis pensando que soy muy jovencita para tener estos “despistes” y que debería hacérmelo mirar por un especialista. Es lógico que penséis esto porque no sois cántabros. Si fueseis cántabros sabríais que, cuando suceden cosas como estas, no hay que preocuparse, no hay que sorprenderse ni asustarse, son cosas de duendes. Más concretamente de un duende conocido en nuestros hogares como “El Trastolillo”.

El Trastolillo es un duende doméstico de la mitología de Cantabria. Habita en nuestras casas y es revoltoso, travieso, juguetón.

Yo no le he visto nunca, aunque sé que anda por casa, pero quienes han tenido el privilegio de verle, o así nos lo quieren hacer creer, dicen que es pequeñuco, tiene cara pícara con ojillos verdes y unos colmillos retorcidos, es negro como el hollín, tiene pelo largo, un rabillo que a penas se aprecia y cuernecillos. Cuentan también que viste con un manto rojo hecho de cortezas de árbol cosidas con hiedra, que se cubre la cabeza con un gorro blanco y que se apoya en un bastón de madera.

Este travieso duendecillo se divierte tirando la harina, bebiendo la leche, escondiendo las albarcas, aflojando los pestillos de las ventanas en noche de viento para que rechinen, quemando los guisos….

El muy pillo, se ríe y se lo pasa en grande mientras hace sus trastadas pero, dicen, que si les coges “in fraganti” lloriquean arrepentidos y fingen lamentarse del estropicio causado.

Personalmente el duende me gusta, me resulta simpático el muy puñetero, pero hay quien no le quiere en casa y para evitar que entre tira garbanzos al suelo, así cuando el trastolillo entra resbala y se va. No sé si será eficaz la idea, pero a mí no me parece muy buena.

Así que ya sabéis, cuando ocurra algo inexplicable en casa no tenéis que preocuparos porque es cosa del Trastolillo que ha ido a visitaros.

¡Ah! Una cosa más. No todo es culpa del Trastolillo. Si metéis dos calcetines en la lavadora y al sacarlos sólo aparece uno, ahí no ha intervenido el duende. Los calcetines tienen tendencia a reencarnarse en mecheros dentro del bolsillo de un pantalón, o en esas monedas que atascan los desagües. Está más que comprobado ;-).


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12 comentarios:

fermin dijo...

El trastolillo... el trastolillo... después de las cervezas matinales con el saxofonista haber quien sabe donde deja las llaves del coche.
Bona nit.

Almudena dijo...

Jajaja, Fermín,si este es el apoyo que recibo de un paisanuco... a saber lo que están pensando los demás.

Amio Cajander dijo...

las llaves del coche junto a la cecina... si eso te ha hecho gracia ya verás cuando te des cuenta que te dejaste el coche con las morcillas de Burgos puestas...

Yo debo tener una familia de esos en casa...

Juan Nadie dijo...

El Trastolillo es mi duende preferido, te cambia las cosas de sitio, el muy... pero es simpático

Juan Nadie dijo...

Ja, ja, ja, los calcetines se reencarnan en mecheros en la lavadora, buenísimo...

Almudena dijo...

Amio, miedo me ha dado al imaginar esa ristra de morcillas junto al volante. ¡Qué foto tendrías ahí!

También es mi favorito,Juán Nadie. Y no te rías, lo de los calcetines es un hecho científico.

Besucos.

Wara dijo...

Hay duendes que se hacen querer, cómo no, mira que cargar con nuestras propias culpas/despistes/edades, jajaja

Feliz semana.

Almudena dijo...

Wara, ¿"Edades", dijiste?Uhmmmmm....

Feliz semana.
Besucos.

El tejón dijo...

En mi casa debe haber una legion de trastolillos anjanuca, pues me lo esconden todo, menos mal que hay una anjana buena que me lo encuentra, si no fuera por ella estaría perdido.
Un beso.

Almudena dijo...

Tejón, dichoso tú que tienes tu propia anjana.

Besucos.

Unknown dijo...

Hola,

Pues "pa mí" que ese duendecillo me ha visitado más de una vez, por que a veces no sé ni donde tengo la cabeza : )

Un personaje muy simpático el puñetero. : )

Un saludo

Almudena dijo...

Chema, no dudes que ha sido él :)

Besucos.