Esta mañana he encontrado un bonito regalo en mi correo electrónico. Me lo ha enviado mi amigo “Tejón” desde “Náufragos de la mar”. Tejón me ha regalado unas fotos que ha sacado al mascarón de proa del “Thalassa”, un precioso bergantín goleta de tres palos de bandera holandesa, que ha estado navegando por aguas de la bahía de Santander durante la celebración del II Festival del Mar.


En el correo, Tejón me dice “seguro que podrás hacer algo con ellas.” Pues si señor, voy a hacer con ellas algo que tenía en mente hace tiempo pero que, unas cosas por otras, he ido dejando para más adelante.
Vamos allá:
Además de la poesía, las mujeres y la afición por coleccionar, Pablo Neruda tuvo otra gran pasión: el mar. Tuvo en Isla Negra (Chile) en una casa frente al mar, escribió sobre el mar y en el mar. Coleccionó barquitos armados dentro de botellas, barcos en miniatura, marinas de diversos pintores, silbatos marineros, ojos de buey, escafandras, bitácoras… A lo largo de sus viajes alrededor del mundo fue adquiriendo innumerables objetos (monedas, billetes, libros, muebles…) que el poeta denominaba “mis juguetes”.
Reconozco que me llamó la atención esta faceta coleccionista de Neruda, pero la que colección que más me fascinó fue una que, por norteña y amante del mar, me pareció de una originalidad y belleza enorme: Pablo Neruda coleccionaba Mascarones de Proa. Dicen que allá donde se vendían partes de barcos hundidos o inservibles, allá se acercaba Neruda para adquirir un mascarón de proa para su colección. ¡Qué envidia me dio el poeta con esta colección! ¡Lo que yo daría por tener en el salón de mi casa el mascarón de proa de la “Marigalante”!, por cierto, Neruda también soñó con tener este mascarón.
Aquí dejo unas fotos de algunos de los mascarones de Neruda. Disfrútenlas.

"La Medusa"

"María Celeste"
"La Guillermina" y escritorio del poeta.
Otros mascarones de la colección.
“En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta. He edificado mi casa también como un juguete y juego en ella de la mañana a la noche”.
(“Memorias” – Pablo Neruda).