Hace frío. Dicen los mayores que no recordaban un invierno tan crudo como este. Al atardecer comienza a caer esa helada que por la mañana ha vestido de blanco los campos.
Me gusta esta hora en la que todas las tardes mi padre entra en casa con un cesto lleno de leña para encender la chimenea que nos calienta con su fuego y convierte la casa en más hogar.
Estamos sentados los tres, mamá, papá y yo, cada uno con nuestro libro. Compartiendo el silencio, en compañía. Papá lee los "Poemas del mar" de Pick, mamá "La ciencia y la Vida" unas conversaciones entre Jose Luis Sampedro y el Doctor Valentín Fuster, y yo "Espejos" de Eduardo Galeano. Sólo se oye el crepitar de las llamas y el aviso de que una página se ha terminado y da paso a otra.
A mamá le está gustando tanto su libro que me le ha regalado con la promesa de que cuando le acabe le comentemos juntas. En cuanto a papá, no cabe duda de que está disfrutando con el suyo. De vez en cuando nos hace parar para que le prestemos atención diciendo "escuchad, ya veréis que bonito" y nos lee alguno de los poemas.
Intento hacer un esfuerzo, despacito, con cuidado, para pasar la página con mi mano derecha pero a veces ese gesto tan sencillo hace que los tendones de mi mano se tensen y me da un calambre. Siento dos miradas silenciosas dirigiéndose a mi, una pausa en las lecturas para ver si estoy bien. Los miro, no dicen nada, me dedican una sonrisa y siguen disfrutando de sus libros.
Esas dos discretas miradas me llevan a cerrar por un momento mi libro y a pensar. Es curioso, se suele decir que en esta vida no hay nada seguro. No es cierto. En mi vida si hay algo que es seguro: el amor que mis padres sienten por mí.
Me gusta esta hora en la que todas las tardes mi padre entra en casa con un cesto lleno de leña para encender la chimenea que nos calienta con su fuego y convierte la casa en más hogar.
Estamos sentados los tres, mamá, papá y yo, cada uno con nuestro libro. Compartiendo el silencio, en compañía. Papá lee los "Poemas del mar" de Pick, mamá "La ciencia y la Vida" unas conversaciones entre Jose Luis Sampedro y el Doctor Valentín Fuster, y yo "Espejos" de Eduardo Galeano. Sólo se oye el crepitar de las llamas y el aviso de que una página se ha terminado y da paso a otra.
A mamá le está gustando tanto su libro que me le ha regalado con la promesa de que cuando le acabe le comentemos juntas. En cuanto a papá, no cabe duda de que está disfrutando con el suyo. De vez en cuando nos hace parar para que le prestemos atención diciendo "escuchad, ya veréis que bonito" y nos lee alguno de los poemas.
Intento hacer un esfuerzo, despacito, con cuidado, para pasar la página con mi mano derecha pero a veces ese gesto tan sencillo hace que los tendones de mi mano se tensen y me da un calambre. Siento dos miradas silenciosas dirigiéndose a mi, una pausa en las lecturas para ver si estoy bien. Los miro, no dicen nada, me dedican una sonrisa y siguen disfrutando de sus libros.
Esas dos discretas miradas me llevan a cerrar por un momento mi libro y a pensar. Es curioso, se suele decir que en esta vida no hay nada seguro. No es cierto. En mi vida si hay algo que es seguro: el amor que mis padres sienten por mí.
Vuelvo a abrir mi libro y sigo disfrutando de este momento.
Hace frío, mucho frío, los viejos del lugar no recuerdan un invierno tan crudo. Y yo estoy tan cálidamente arropada...
10 comentarios:
Tienes toda la razón y el amor más incondicional es el de unos padres.
Un besito y feliz semana
Suerte tienes de tenerlos y suerte tienen ellos de que tu te des cuenta de que los tienes. Que por muchos años así sea.
Y sí, no recuerdan los más viejos del lugar un invierno tan largo y tan crudo.
Saludos "paisanuca"
Ayer pase para ver como estabas, pero veo que mi mensaje no se quedo grabado.. no se que pasa últimamente con los comentarios.. pero desaparecen como si hubiese brujitas.. jjejeje...
Espero que estes mejor..ya veo que poquito a poco vas escribiendo, pero cuídate mucho, tienes una gran suerte con tus papis, pues con esa mirada te dijeron muchas cosas.. besotes para ellos y uno grandote para ti niña... cuídate y besotes
aqui, al otro lado del mundo, el calor es insoportable...
besos!
Qué bueno sentirse así arropado, ¿verdad? No hay crudo invierno que pueda contra esa sensación y esa seguridad. Esa sí que es una auténtica fortuna.
Besos.
me gusta esa escena cada uno con un libro. es una escena que había sido anulada por la televisión. Ahora, yo voy dejando la televisión de forma progresiva; es más, ya apenas la veo. Nada mejor como volver a los libros, al calor del fuego y a disfrutar del silencio de una casa en armonía. A mí me gusta en así. Un abrazo!
MI querida amiga! Me ha encantado tu entrada! Y os veía a los tres, junto al fuego, disfrutando de una buena lectura, a tu padre compartiendo trocitos del libro, a los tres en silencio y unidos por el amor que os tenéis. Con sus cuidados sé que curará aún más pronto tu mano. Has compartido con nosotros mucho hoy.
Me alegro de tener de nuevo modo de leerte.
Te quiero.
Ya no tengo a mis padres, hace años que faltan y los añoro cada día, cuidalos y recuerda siempre que un amigo podra fallarte, pero tus padres nunca, nunca.
Un beso muy fuerte
Que entrada tan bonita y tan llena de tranquilidad.
Besitos
Carmen, esa es la palabra "Incondicional".
Fermín, es imposible no apreciarlo.
Balo, dijeron todo con una mirada.
Troba, no me de envidia por favor.
Wara, tu presencia también apacigua los crudos inviernos.
Moderato ¿televisión? ¿para qué?
Libertad, yo también te quiero. Lo sabes.
Opaito, gran verdad. Lo sé de buena tinta.
Silicon, te dejo mi chimenea. Compartamos esa calma.
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