domingo, 18 de noviembre de 2012

Adiós a Miliki.

"Sin los niños no habría Humanidad.

Por lo cual, la humanidad se debe a los niños."

 

Miliki

Hoy ha sido un día extraño. El sentimiento de pena se ha ido alternando con la sonrisa provocada por la nostalgia y el recuerdo de una niñez feliz. Miliki, ese artista que puso mayúsculas a la palabra “Payaso” llevándola del escenario de un circo al corazón de millones de niños, ha fallecido.

A pesar de los años que han pasado, mi generación sigue recordando con entrañable cariño a “Los payasos de la tele”. Seguimos cantando sus canciones y se las hemos enseñado a nuestros hijos y a los hijos de nuestros amigos y vecinos. Y es curioso como niños completamente ajenos a aquella televisión aprenden esas canciones y se divierten con ellas y cómo disfrutan cuando les muestras un video de los payasos de la tele.

Nací en 1968. En mi época la televisión era en blanco y negro. Sólo había dos canales, la Uno y la Dos, y no todo el día. Recuerdo ir a la cocina a por la merienda que me preparaba mi madre y sentarme puntual frente a la tele para ver a Gabi, Fofó, Miliki y Fofito. La sala de casa se convertía en una grada más del Circo. Desde el sofá respondía a aquel grito de guerra de nuestros payasos “¿Cómo están ustedeeesssss?”, y si alguno de ellos decía “No se oye nada, otra vez ¿Cómo están ustedeeeesss?” entonces me arrancaba las anginas gritando ¡¡¡Bieeeeeeennnnn!!!! , y participaba del programa con auténtica pasión siguiendo sus indicaciones.

Aún recuerdo cómo lloré cuando se murió Fofó y ya no era una niña, tenía quice años. Hoy, tengo cuarenta y cuatro y he llorado por la muerte de Miliki.

Haciendo repaso todo el día de aquellos años del circo de la tele y de “Los chiripitifláuticos” me he dado cuenta de la importancia y la influencia que tiene un buen programa infantil en la educación y la formación de un niño.

Vistos desde hoy, nuestros programas pueden resultar ñoños e incluso arcaicos pero con ellos aprendimos a reír, a cantar, a respetar, a compartir, a soñar, a jugar. En definitiva a disfrutar de nuestra infancia. Y sutilmente también nos enseñaron a contar hasta diez gracias a una gallina que estaba turuleta, a saber dónde estaba la derecha y la izquierda conduciendo con el coche de papá, a luchar contra la tormenta navegando en un barquito de papel.

Y mientras recordaba aquellas canciones, veía videos en youtoube de Gabi, Fofó, Miliki y Fofito, de pronto me ha entrado una pena grande por la pérdida de Miliki pero sobre todo una enorme pena por nuestros niños.

Descansa en paz Miliki. Y gracias, muchísimas gracias.

2 comentarios:

Cantares dijo...

Que descanse en paz
Por aquí los amamos, hay también muchos que hemos disfrutado de ese humor sano, delicioso.
Hasta hace no más de un par de años he regalado las tablas de multiplicar cantadas por Miliki, una divertida forma de aprender
Me encantó tu entrada, me encanta tenerte en la pantalla, yo como viste ando con otra pérdida
Besos grandes

Punto Hispano dijo...

Hola, este comentario es para avisarte que eres nuestro blog destacado, y que estarás una semana en la portada de Punto Hispano a partir de este día.