jueves, 2 de junio de 2011

El regreso a los valores.

Ernesto Sabato hace en su ensayo “La Resistencia” una profunda reflexión sobre la vida y los valores humanos en los tiempos modernos. En apenas ciento veinte páginas, cinco cartas y un epílogo, el escritor nos alerta sobre la necesidad de resistir al individualismo, el culto a uno mismo, el capitalismo, la competencia feroz, la incomunicación con los demás…

Lo pequeño y lo grande.

En esta primera carta el autor medita sobre las cosas sencillas y cotidianas y cómo hemos dejado de valorarlas.

“Trágicamente, el hombre está perdiendo el diálogo con los demás y el reconocimiento del mundo que lo rodea, siendo allí donde se dan el encuentro, la posibilidad del amor, los gestos supremos de la vida. Las palabras de la mesa, incluso las discusiones o los enojos, parecen ya reemplazadas por la vida hipnótica. La televisión nos tantaliza, quedamos prendados de ella.

… Muchas veces me ha sorprendido cómo vemos mejor los paisajes en las películas que en la realidad.”

Los antiguos valores.

La segunda carta nos lleva a recordar la importancia de recuperar antiguos valores como el respeto a ceremonias como la muerte, el desinterés, el saber hacer frente a la adversidad con dignidad.

“Desde la perspectiva del hombre moderno, la gente de antes tenía menos libertad. Eran menores las posibilidades de elección, pero indudablemente su responsabilidad era mucho mayor. No se les ocurría siquiera desentenderse de los deberes de su cargo, de la fidelidad al lugar que la vida parecía haberles otorgado.

Algo notable es el valor que aquella gente daba a las palabras. De ninguna manera eran un arma para justificar los hechos. Hoy todas las interpretaciones son válidas y las palabras sirven más para descargarnos de nuestros actos que para responder de ellos.”

Entre el bien y el mal.

La tercera carta cavila sobre nuestros mayores y la poca estima que les tenemos. Desde esta reflexión sobre la vejez, Sábato nos lleva a ver la importancia del tipo de educación que enseñamos a nuestros hijos y la influencia que puede llegar a tener en sus vidas.

“…Dejar a esos niños para siempre ahí, en la vereda, en ese universo hechizado. No permitir que las suciedades del mundo adulto los lastimen, los quiebren. La idea es terrible, sería como matar la vida, pero muchas veces me he preguntado en cuánto contribuye la educación a adulterar el alma de los niños. Es verdad que la naturaleza humana va transformando los rasgos, las emociones, la personalidad. Pero es la cultura la que le da forma a la mirada que ellos van teniendo del mundo.”

Los valores de la comunidad.

Varios son los temas que trata el ensayista en esta cuarta carta: el caos de la cultura occidental, las dictaduras, la ciencia usada como arma, la crisis en la concepción del mundo, la histeria y el miedo colectivo, la competitividad que nos individualiza cada vez más para alejarnos de la comunidad.

“Esta crisis no es la crisis del sistema capitalista, como muchos imaginan: es la crisis de toda una concepción del mundo y de la vida basada en la idolatría de la técnica y en la explotación del hombre. Para la obtención del dinero, han sido válidos todos los medios.”

“¿Creen que es posible seguir mirando por televisión el horror que padece la pobre gente a la par que la frivolidad ostentosa y corrupta, entremezclada como el peor de los cambalaches? ¿Y así tener hijos que sean hombres de verdad?”

“No podemos ser asesores de la corrupción. No se puede llevar a la televisión a sujetos que han contribuido a la miseria de sus semejantes y tratarlos como señores delante de los niños. ¡Esta es la gran obscenidad! ¿Cómo vamos a poder educar si en esta confusión ya no se sabe si la gente es conocida por héroe o por criminal?”

La resistencia.

Nos guía un ritmo acelerado y un miedo constante. Nos convertimos en autómatas sin libertad. En la quinta y última carta, Sábato nos pide luchar y resistir luchar en defensa de los pequeños momentos compartidos.

“En el vértigo no se da frutos ni se florece. Lo propio del vértigo es el miedo, el hombre adquiere un comportamiento de autómata, ya no es responsable, ya no es libre, ni reconoce a los demás.”

“El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria.”

Epílogo.

Elijo una sola frase que, opino, resume todo el libro:

“Los valores son los que nos orientan y presiden las grandes decisiones:”

Sinceramente, creo que todo el mundo debería de leer “La Resistencia” y luego meditar serenamente sobre la senda por la que quiere caminar a lo largo de su vida. No es un libro para leer y guardar en las estanterías una vez terminado. Sus páginas crean la necesidad de tenerlas siempre a mano y poder volver a ellas, para compartir mesa y reflexiones.

7 comentarios:

Cantares dijo...

Oh!! Don Ernesto, lo necesitamos tanto, si bien quedaron sus obras escucharlo era un bálsamo y hoy necesitamos con urgencia que alguien nos ayude porque nos han dado una estocada en medio del pecho. Los valores querida Anjanuca, los han usado de papel sanitario nada menos que un grupo que fué ejemplo en el mundo, ay amiga, justo hoy traes estas letras.
Un beso grandote
A ver si hoy queda el comentario
Cantares

Juan Nadie dijo...

Una mente lúcida, y un pensamiento pasado de moda, por desgracia.

Anónimo dijo...

La prisa, la rutina, el tener, el no perder el tren... se lo llevan todo por delante, porque lo permitimos.

Gracias por traer estos textos hoy aquí.

Un besuco, Anjana.

Almudena dijo...

Cantares, no es esperar a que nos ayuden. Tenemos que ayudarnos todos individual y colectivamente.

Juan Nadie, no creo que esté pasado de moda. Está escondido y sólo hay que volver a sacarlo a la luz.

Estoy totalmente de acuerdo Anderea. Porque lo permitimos. Si algo me enseñaron mis padres es que es importante hacer cosas pero que también es muy importante aprender a no hacer nada.

Besucos

Pato dijo...

Tenés razón es un libro de cabecera y a mi me lo han tirado por la cabeza en dos oportunidades (bueno por la cabeza es una forma de decir, pero casi, me refiero a que lo han despreciado) en fin, se lo han perdido!

Hace mucho que no le doy una hojeada, a ver si ahora voy y lo busco y lo subo a mi cuarto y lo releo, me vendría bien.

Anja, vos siempre abriendo puertas con aires frescos.

Besos!

TdeL dijo...

¡Hola!
¡Bravo por Ernesto Sábato! y ¡Bravo para ti por habérmelo mostrado! Ya he puesto una de las frases en mi muro de face, y me he apuntado el libro para una próxima compra...
¡¡¡BRAVO!!!
Besos.AlmaLeonor

Almudena dijo...

¡Ay Pato! cómo se puede despreciar un libro como este. Volver a él será reconfortante ya verás. ¿Sabes? en algunos apartados del libro me he acordado mucho de nuestras conversaciones de estos días.

Alma, tú eres una de las personas que va a saber apreciar y saborear las palabras de Sabato.

Besucos a las dos.