jueves, 31 de julio de 2008

Los Pazos de Ulloa - Emilia Pardo Bazán.

"Era a semejante hora la rectoral de Naya un infierno culinario, si es que los hay. Allí se reunían una tía y dos primas de don Eugenio -a quienes por ser muchachas y frescas no quería el párroco tener consigo a diario en la rectoral-; el ama, viejecilla llorona, estorbosa e inútil, que andaba dando vueltas como un palomino atontado, y otra ama bien distinta, de rompe y rasga, la del cura de Cebre, que en sus mocedades había servido a un canóigo compostelano, y era célebre en el país por su destreza en batir mantequillas y asar capones. Esta formida guisandera, un tanto bigotuda, alta de pecho y de ademán brioso, había vuelto la casa de arriba abajo en pocas horas, barríendola desde la víspera a grandes y furibundos escobazos, retirando al desván los trastos viejos y empeando a poner en marcha el formidable ejército de guisos, echando a remojo los lacones y garbanzos y revisando, con rápida ojeada de general en jefe, la hidrópica despensa, atestada de dádivas de feligreses: cabritos, pollos, anguilas, truchas, ollas de vino, manteca y miel; perdices, liebres y conejos, chorizos y morcillas. Conocido ya el estado de las provisiones, ordenó las maniobras del ejército: las viejas se dedicaron a desplumar aves; las mozas, a fregar y dejar como el oro peroles, cazos y sartenes y un par de de mozancones, uno de ellos idiota de oficio, a desollar reses y limpiar piezas de caza.
Si se encontrase allí algún maestro de la escuela pictórica flamenca, de los que han derramado poesía del arte de la prosa de la vida doméstica y material, ¡con cuanto placer vería el espectáculo de la gran cocina, la hermosa actividad del fuego de leña, que acariciaba la panza reluciente de los peroles; los gruesos brazos del ama confundidos con la carne, no menos rolliza y sanguínea, del asado que aderezaba; las rojas mejillas de las muchachas, entretenidas en rozar con el idiota, como ninfas con un sátiro atado, arrojándose entre el cuero y la camisa puñados de arroz y cucuruchos de pimiento! Y momentos después, cuando el gaitero y los demás músicos vinieron a reclamar su parva o desayuno, el guiso de intestinos de castrón, hígado y bofes, llamado en el país mataburrillo, ¡cuán digna de su pincel encontraría la escena del rozagante apetito, de expansión del estómago, de carrillos hinchados y tragos de mosto despabilados al vuelo, que allí se representó entre bromas y risotadas!"

Esto es sólo una muestra de tantas con las que he disfrutado esta semana leyendo "Los pazos de Ulloa". Como siempre un auténtico placer leer a Dª Emilia Pardo Bazán, una mujer, una señora, grande donde las haya.

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domingo, 20 de julio de 2008

Yo te nombro - Nacha Guevara

Hoy leyendo la prensa, me he asustado, me he indignado, me entristecido por mi familia, por mis vecinos, por mis amigos, por mi gente, por mi pueblo.

Hoy he recordado esta preciosa canción de Nacha Guevara, y buscándola en Youtube he encontrado este precioso vídeo.

Se lo dedico al pueblo de Noja (Cantabria).

Soy paz, soy pan, soy más - Mercedes Sosa



Vamos, decime, contame
todo lo que a vos te está pasando ahora,
porque sino cuando está el alma sóla llora
hay que sacarlo todo afuera, como la primavera
nadie quiere que adentro algo se muera.
Hablar mirándose a los ojos
sacar lo que se puede afuera
para que adentro nazcan cosas nuevas.
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El ángel sin cielo - Jorge Berenguer Barrera

“Algunos humanos, los menos reflexivos, me envidian a causa de mi condición de inmortal. No es que amen la inmortalidad, en absoluto, es sólo que temen a la muerte.
Pero es sólo porque no la conocen.
La inmortalidad es un mar sin orillas, y el inmortal en un navegante ciego, un viajero sin puertos.”

Ambientada en los siglos de la dominación romana, la historia narra las vivencias de Excato, un ángel expulsado del Paraíso y condenado a vivir eternamente entre los hombres. En este viaje eterno Excato transporta dos pesadas cargas: el deseo constante de poder volver a ser mortal y el deseo de encontrar a su amada Elia, un ángel femenino también castigado a la inmortalidad.

El libro me lo regaló su autor, cuando le avisé de que lo había recibido me dijo: “Le tengo mucho afecto a esa novela. No es nada del otro mundo, pero ya verás que tiene cosas muy bonitas.”

Y porque creo que también me le regaló con mucho cariño, le he leído con ese mismo cariño y mucho respeto. Quienes tenemos la costumbre, mejor dicho el vicio, de la lectura, a menudo caemos en el mal hábito de leer demasiado deprisa. En mi caso este hábito suele estar provocado por dos causas: una que ya quiero empezar el libro que tengo pendiente para cuando acabe el que actualmente tengo entre manos, la otra por que lo que estoy leyendo no me está motivando demasiado y quiero acabarlo rápido. Así que cuando acabé la lectura que tenía entre manos, dejé pasar tres días para tener la cabeza despejada antes de comenzar “El ángel sin cielo”. Le he leído despacito, sin prisa, saboreando, releyendo capítulos, parándome a pensar en frases y sentencias que unas veces me han llevado a la duda y otras a la afirmación.

Hoy he acabado de leer una magnífica historia. Y lamento contradecirle Sr. JB pero su libro no tiene “cosas bonitas”. Su libro es bonito en su totalidad. Desde su portada, esa cara sin forma con ojos de mirada infinita que me observaban fijamente cada vez que me acercaba al libro, pasado por el argumento y por la época en que ha desarrollado la historia.

No soy crítica literaria ni lo pretendo (la verdad es que no me fío mucho de los críticos). Sólo soy una persona que no concibe su día a día sin un libro, por lo tanto lo que me provoca una lectura y la opinión que tengo de los libros que he leído es asunto totalmente personal.

Sr. JB, me ha gustado, me ha gustado mucho. El libro está lleno de sentimientos, el equilibrio entre los actos de amor y los de odio y venganza es perfecto. Los personajes inmortales se convierten en reales, creíbles, les he odiado, les he querido, les he justificado, les he condenado…

Hay quien considera “El ángel sin cielo” como novela histórica, yo he leído una preciosa novela de amor, de sentimientos, de amistad, de fidelidad, de venganza de justicia.

“Hemos sido capaces de amarnos y hemos dejado muchas cosas el uno en el corazón del otro, cosas que ya no se irán nunca de allí. Elia siente que ya no la retengo junto a mí, tal vez por eso decida quedarse para siempre.”

También Excato ha dejado muchas cosas en mi corazón.

Sr. Jorge Berenguer Barrera, gracias.

P.D. Estoy inscrita en el Reto de Lectura 2008, con su permiso inscribo “El ángel sin cielo” como lectura para Bélgica. http://www.meribelgica.com/reto2008/index.php

sábado, 12 de julio de 2008

Esto - Fernando Pessoa.



Dicen que pretendo o miento
En cuanto escribo. No hay tal cosa.
Simplemente
Siento imaginando.
No uso las cuerdas del corazón.
Todo cuanto sueño o pierdo,
Que pronto cae o muere en mí,
Es como una terraza que mira
Hacia otra cosa más allá.
Esa cosa me arrastra.
Y así escribo en medio
De las cosas no junto a mis pies,
Libre de mi propia confusión,
preocupado por cuanto no es.
Sentir? Dejemos al lector sentir!


Foto: "Confío en tu palabra" - cuadro de Isabel Guerra "La monja pintora".

Biblioteca de la Real Academia Española


La RAE (Real Academia Española) es el organismo responsable de elaborar las reglas de la normativa del español. Dichas normas están recogidas en un diccionario, elaborado con el propósito de garantizar una norma lingüística común, que recoge tanto gramática como ortografía.

La institución fue creada en el año 1713, a iniciativa del Marqués de Villena, por un grupo de ilustrados que aunaron esfuerzos para formar una academia que, al igual que la Academia Francesa, se dedicase a trabajar al servicio del idioma nacional.

La Academia empezó utilizando la biblioteca privada de su fundador, don Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena. El primer aumento significativo de libros se debió a la incorporación de los aproximadamente mil volúmenes de la biblioteca particular del primer secretario, don Vicencio Squarzafigo.

Desde entonces, la adquisición de libros y revistas ha sido constante, hasta llegar a un fondo actual de unos 250 000 volúmenes, entre los que destaca la colección de manuscritos, incunables y primeras ediciones de obras de los principales escritores españoles (Cervantes, Lope de Vega, etc.), así como los fondos dedicados a asuntos de lingüística y literatura española e hispanoamericana.

El valor de la biblioteca ha aumentado considerablemente al recibir, en 1995, el legado del que fue insigne bibliógrafo y académico, don Antonio Rodríguez-Moñino, y, en 1998, la biblioteca del excepcional filólogo y poeta don Dámaso Alonso, que fue director de la Academia durante muchos años.

Las donaciones a la biblioteca de la Academia, tanto de particulares como de otras instituciones, han constituido una ayuda inestimable para el enriquecimiento de sus fondos. A lo largo de su historia, destacan los legados de Severo Catalina, Tamayo y Baus, Rico y Sinobas, Adolfo de Castro, el duque de Arcos y Antonio Tovar. Entre los recientes, además de los ya mencionados de Rodríguez-Moñino y de Dámaso Alonso, merece especial atención la donación de la Fundación MAPFRE, en 1996, que incluye todas las colecciones de libros publicados con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América.

Los aproximadamente 250 000 volúmenes del fondo actual se distribuyen de la siguiente forma:
- 434 manuscritos.
- 42 incunables.
- Una buena colección, a partir del siglo XVI, de libros especializados en lingüística, filología y literatura española e hispanoamericana.
- Una cantidad considerable de libros de historia y arte, así como de diccionarios y obras de referencia.
- 550 títulos de publicaciones periódicas en curso.
- 557 títulos de publicaciones periódicas cerradas.


viernes, 11 de julio de 2008

Las Anjanas


Cuenta la leyenda que en los bosques de Cantabria habitan unos seres bondadosos que protegen a las gentes honradas, a los enamorados y a quienes se extravían en el bosque o los caminos.

Las anjanas son mujeres hermosas con cabellos largos y finos, adornados con flores y lazos de seda. Se visten con delicadas y bellas túnicas de seda blanca. Llevan sandalias y un báculo con extraordinarias propiedades mágicas con el que apacigua a las bestias del campo con solo tocarlas; con este báculo se dice que realiza sus magias y curaciones milagrosas.

El origen de las anjanas nadie lo conoce; aunque se rumorea que son espíritus de los árboles que tienen encargado cuidar de los bosques. Se suelen alimentar de miel, fresas, almíbar y otros frutos que les proporciona el bosque.

Viven en grutas secretas de las que se dice que tienen el suelo de oro y plata y en las que acumulan riqueza para la gente necesitada. Pasan el día andando por las sendas del bosque, sentándose a descansar en las orillas de las fuentes y los arroyos parecen cobrar vida a su paso.

Allí, en las fuentes, conversan con las aguas, que entonces manan más alegres y cristalinas. También ayudan a los viajeros perdidos, a los pastores, a los animales heridos y a los árboles que la tormenta, el viento o el ojáncano ha quebrado.

Durante las noches, en algunas ocasiones, se pasean por los pueblos dejando regalos en las puertas de las casa de aquellos que se lo han merecido por sus buenas obras.

Se dice también que las anjanas se reúnen en el comienzo de la primavera en los altos pastos de los montes y danzan hasta el amanecer asidas de las manos en torno a un montón de rosas que más tarde esparcen por los caminos.

Aquel que encuentre una de estas rosas de pétalos rojos, verdes y amarillos será feliz hasta la hora de su muerte. Son hadas buenas de la montaña y son el reflejo de todas las bondades y de misericordias.

Se dice que son la parte buena de la imaginación, hechiceras dulcísimas que alivian las penas, las inquietudes, las ansias, el hambre, la sed y el dolor.

Existe una invocación cuyo origen es legendario en los municipios y valles del parque. Se advierte que esta invocación no es gratuita, “no hay remedio sin dolor, ni cura sin pena”.
La suplica debe ser sincera y se hace al amanecer en el punto y hora en que la anjana deja asomar su báculo por entre las flores que rodean a la torca donde se les invoca:

"Anjana de la compasión
alíviame el corazón
dame un pocu de consuelu
del que diz bajas del cielu
dame un pocu de alegría
en las horas de esti día
dame un pocu de la miely haz de la pena estiel
Anjana de la güena suertilas mis penas son de muerti
dame tu la bendicióny alíviame el corazón."

viernes, 4 de julio de 2008

Discépolo

"El Tango es un sentimiento triste que se baila"

Hace años leyendo un artículo sobre el Tango, me topé con esta definición que del mismo hacía el poeta argentino Discépolo.
Desde que hace dos años se cruzó en mi camino Norma Navarro, antigua profesora de la Universidad del Tango de Buenos Aires, y empecé a asistir a sus clases, me he dado cuenta que es la mejor definición del Tango que nadie ha realizado jamás.
Un sentimiento que se baila en silencio, concentrados en una cómplice intimidad, en un abrazo que funde dos cuerpos en uno. No hace falta mirar, sólo sentir y un cuerpo llevará al otro, insinuándose sensualmente, hacia los pliegues del bandoneón. Un viaje hacia el interior del otro, la seducción no verbal.

Uno - Enrique Santos Discépolo

Uno busca lleno de esperanzas
el camino que los sueños
prometieron a sus ansias...
Sabe que la lucha es cruel
y es mucha pero lucha y se desangra
por la fe que lo empecina.
Uno va arrastrándose entre espinas
y en su afán de dar su amor
sufre y se destroza hasta entender,
que uno se ha quedado sin corazón...
Precio de castigo que uno entrega
por un beso que no llega
o un amor que lo engaño.
Vacío ya de amar y de llorar
tanta traición!...
Si yo tuviera el corazón,
el corazón que di...
Si yo pudiera como ayer
querer sin presentir...
Es posible que a tus ojos
que me gritan su cariño
los cerrara con mis besos...
Sin pensar que eran como esos
otros ojos, los perversos
los que hundieron mi vivir...
Si yo tuviera el corazón,
el mismo que perdí...
Si olvidara a la que ayer
lo destrozo, y pudiera amarte,
me abrazaría a tu ilusión
para llorar tu amor.
Pero Dios te puso en mi camino
sin pensar que ya es muy tarde
y no sabre como quererte...
Déjame que llore
como aquel que sufre en vida
la tortura de llorar su propia muerte.
Pura como sos habrías salvado
mi esperanza con tu amor...
Uno esta tan solo en su dolor,
Uno esta tan ciego en su penar...
Pero un frío cruel
que es peor que el odio,
punto muerto de las almas,
tumba horrenda de mi amor,
maldijo para siempre y me robo
toda ilusión


Biblioteca Mediceo Laurenziana - Florencia



Una de las bibliotecas más importantes de Italia es la Laurenziana o Mediceo Laurenziana de Florencia.

Construida dentro del claustro de la Basílica de San Lorenzo (que iglesia privada de los Medici motivo por el cual es una de las iglesias más ricas de la ciudad), fue patrocinada por el Papa Clemente VII (Julio de Medicis) en 1524. Por orden de Julio de Medici, Miguel Angel construyó la biblioteca para albergar y conservar en ella los valiosos códices de la colección Medicea. La construcción fue parada 3 años más tarde cuando los españoles expulsaron a los Medici de Florencia. En 1530, al restablecerse el gobierno de estos mecenas, se retoman los trabajos. Miguel Angel se traslada a Roma para pintar un “Juicio Final” en la capilla Sixtina y abandona el trabajo en las obras de la biblioteca que será terminada por Bartolomeo Ammannanti y Giorgio Vasari.

En 1571, aún sin finalizar las obras, Cosme I de Medicis abrió la biblioteca al público.
Dentro de su arquitectura destacan la sala de lectura y la mundialmente conocida escalera de acceso realizadas por Miguel Angel. Como anécdota, contar que en 1774 “gracias a que una estantería del escritorio 74 de la sala de lectura cedió por exceso de peso y rompió el suelo de marquetería, se descubrió que debajo había un segundo suelo (el original) formado por 15 paneles de terracota blancos y rojos.

La colección de libros, compuesta en su mayoría por valiosos códices, la inició Cosimo El Viejo. Más tarde, su hijo Piero de Medici y, seguidamente, su nieto Lorenzo El Magnífico y los siguientes grandes exponentes de la familia Medici, aumentarían considerablemente la colección a lo largo de los siglos. Tras la muerte del Gran Duque de la Toscana Gian Gastone en 1737 y de su hermana la princesa palatina Ana Mª Luisa, la última de la dinastía de los Medici, seis años después sin dejar descendencia, el tesoro de la colección de la Biblioteca Laurenziana, al igual que el resto de las colecciones familiares, pasó por legado de esta a ser propiedad del estado toscano.

La biblioteca conserva alrededor de 11.000 manuscritos, 2.000 papiros, 43 ostrakas (conchas de cerámica de origen griego en las que se escribía), unos 1.600 libros impresos en el S. XVI, casi 600 incunables, 126.527 libros impresos desde el S. XVII hasta nuestros días y 590 publicaciones especializadas.


Página oficial de la biblioteca: http://www.bml.firenze.sbn.it/index.htm